jueves, 11 de enero de 2018

Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson


Hay novelas que te las recomiendan por activa y por pasiva y esta, Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson, era una de ellas. Y aún así, no me preguntéis por qué, pero me resistía a leerlo. Me daba pereza y eso que es cortísimo. Tuvieron que llegar los chicos de Spoiler Club y anunciar que lo leerían para animarme a dar ese último paso. ¡Y como se lo agradezco! Pues Siempre hemos vivido en el castillo ha sido, sin duda, una de mis mejores lecturas del 2017.

Siempre hemos vivido en el castillo nos muestra la vida de las dos hermanas Blackwood, Merricat y Constance, que viven junto a su tío Julián en una antigua casa. Sus vidas han estado marcadas desde el día en el que la familia entera sufrió un envenenamiento, cuando murieron todos menos ellos tres. Julián, claramente tocado por el veneno y en silla de ruedas, está obsesionado con el evento, mientras que Constance sufre de agorafobia y no quiere salir de casa. Todo cambiará en el momento en el que esta estabilidad que Merricat tanto disfruta se vea truncada por la aparición de una cuarta persona que desequilibrará la paz en la familia Blackwood.

Merricat es la narradora de la historia, lo cual es un acierto, pues su personalidad se transmite con facilidad y es uno de los mayores encantos de la historia. Merricat es un narrador poco fiable, una persona imaginativa, infantil y algo obsesiva. Nos muestra su hogar con su visión de perfección, sobre todo la estabilidad que ha reinado la familia desde el evento del envenenamiento, evento que no parece afectarla mucho. Nos muestra el resto de personajes a través de su visión y es por eso que los personajes están tan polarizados.

Por otro lado, esto también hace que el tema del misterio del asesinato de la familia sea totalmente secundario. Ni a la autora le interesa contarlo ni a Merricat narrarlo, por lo que ese tema se va tocando en contadas ocasiones. Sin embargo, a la autora sí le interesa crear una atmósfera cada vez más oscura y angustiosa. Una atmosfera que, junto con las palabras de Merricat, te absorbe hasta que no puedes dejar de leer el libro.

Constance y Merricat son dos caras de la misma moneda. Dos personajes que son diametralmente diferentes pero cuyos objetivos acaban siendo muy similares. La hermana mayor es maternal, tierna, entregada, mientras que Merricat es una niña, no tan niña, salvaje, una especie de loba que protege la casa con sus encantamientos. Pero ambas están obsesionadas con mantener el status quo, el ambiente perfecto que han creado entre las dos.

Siempre hemos vivido en el castillo es un libro de apenas 120 páginas que se puede leer en una mañana (no hagáis como yo y leedlo con un poco más de tiempo) pero que se puede “masticar” durante días. Una historia muy bien llevada, donde Jackson te conduce, como la tela de una araña, hasta dónde ella quiere. El libro es de esos que todo el mundo debería animarse a leer. La edición de Editorial Minúscula no solo es una preciosidad, sino que está muy bien traducida por Paula Kuffer. Yo os recomiendo que os animéis a leerla. Os prometo que vale la pena.

Otras reseñas:

4 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Que bien que fuera una de tus mejores lecturas del 2017. Sin duda, aunque es muy corto, merece la pena leerlo con calma. Sin embargo yo llevaba unos esquemas de que me iba a encontrar algo bastante diferente, y me lleve una decepción. Una pena porque en otro contexto lo podría haber disfrutado más.

    ¡besos!

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  2. Me interesa leerlo hace tiempo, espero leerlo pronto en inglés

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  3. Hace mucho que me recomiendan este libro y por fin me animé a coger la edición catalana... a ver que tal.
    Saludos.

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  4. Uf, una de mis mejores lecturas de 2017. Qué maravilla. ¡Queremos más Jackson!

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