jueves, 6 de septiembre de 2018

La extraordinaria familia Telemacus de Daryl Gregory



Algunos libros te entran por su portada. En  algunos casos, ves un libro y es amor a primera vista. Sí, lo sé, es superficial y no siempre las portadas bonitas esconden buenos libros. Y por supuesto, también sucede el caso contrario de que un libro increíble esté escondido detrás de una portada fea. Pero el caso es que hay algunas portadas que te atraen. Y este fue el caso de La extraordinaria familia Telemacus. A esto hay que añadirle el constante hype de algunos (ejem Dani ejem) para que leyera este libro. Resultado: en cuanto volví del Celsius, lo primero que hice fue abrir este libro y adentrarme en las vicisitudes de la familia Telemacus.

Los Telemacus eran realmente extraordinarios: Cada miembro de la familia tenía un poder y en el pasado, eso les abrió las puertas al mundo del espectáculo. Su nombre resonaba en todo el país. Pero al morir la madre y quedar en ridículo en la televisión nacional, ya nada fue lo mismo. Fueron el hazmerreir y luego, no fueron nada. Y esos poderes, que habían sido una puerta de acceso a la fama y la riqueza, se convirtieron en una carga. Hasta que Matty, el hijo de Irene, vive una experiencia extracorpórea provocada por la excitación.

La clave de este libro es que, pese a que hay una parte de la historia fantástica en la que los personajes tienen poderes (y el autor juega muy bien con ello), se parece más bien una novela costumbrista que visualiza un momento peculiarmente duro para una familia. Gregory juega con los poderes, no para ver hasta donde estos pueden llegar, sino para ver cómo podrían afectar al día a día. Irene puede saber cuando alguien le miente, pero eso la hace incapaz de mantener una relación estable con alguien. Buddy es capaz de ver el futuro y sin embargo, es incapaz de distinguir la línea temporal en la que está viviendo. Todos los personajes viven con la carga que representa ser un Telemacus y con el hecho de que los poderes (o su ausencia) en vez de hacerles la vida más fácil, les hace la vida más dura.

Esta es una obra de personajes, sí, y Gregory se encarga de que todos estén muy bien caracterizados. Los cinco personajes principales (Teddy, Irene, Frankie, Matty y Buddy) tienen capítulos en los que podemos ponernos en su piel y por lo tanto, los conocemos a todos desde su propia prespectiva. Y a su vez, los conocemos des de la perspectiva que tienen de ellos los demás. Esto crea una dinámica de personajes muy interesante.

La estructura de cada capítulo va entrelazando flashbacks con el momento presente y de esta manera, podemos conocer a otros personajes del pasado como Maureen. Pero a su vez, la información que ofrece el autor está muy estudiada y va aportando información sobre lo sucedido en pequeños fragmentos para que el lector necesite continuar leyendo. Esto, aunque le da una sensación algo artificial al libro, no solo consigue enganchar al lector, sino también construye la historia (y los personajes que la forman) de una manera magníficia.

Y sin perder de vista el humor. Esta es una novela colorida (no solo por la portada) que recuerda al cine de los hermanos Cohen o de Wes Anderson: cargada de ironía, de sucesos casi extraordinarios, de espías, mafiosos, poderes extrasensoriales y agentes del gobierno. Una de esas novelas que parece que lo hace todo bien: cuadrada y cerrada hasta un punto casi exagerado. Con personajes carismáticos que se quedan contigo y una narrativa ligera que te atrapa desde el primer momento de lectura. Uno de esos libros que, si no habéis leído, no sé a qué estáis esperando.

Otras reseñas:

2 comentarios:

  1. Tengo muchas muchas ganas de leerlo!
    Le tengo echado el ojo desde que lo vi en novedades =)

    Besotes

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