viernes, 23 de noviembre de 2018

Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez


Tengo algo que confesar: empecé Las cosas que perdimos en el fuego pese a que, en realidad, no tenía muchas ganas de leerlo. Hay veces que se lee algo un poco por obligación y este fue el caso: tenía que leerlo para el programa de 3 marcianos y medio y se me acababa el tiempo. Yo misma entendía que era raro que no tuviera ganas, pues el libro parecía hecho para mí: venía recomendadísimo por gente de cuya opinión me fío, era una autora que quería conocer (y que me había encantado escuchar en el Celsius) y es una antología de relatos. Pero entonces leí el primer relato. Y bueno, digamos que la pereza se esfumó al instante.

Las cosas que perdimos en el fuego es una antología de relatos de terror que se aleja de las convenciones del género para abrir una puerta a una Argentina oscura, viscosa, desagradable. Una Argentina que es un personaje más en los relatos y que forma parte de la ambientación pegajosa y opresiva que logra la autora. Y es que el terror de Mariana Enriquez no usa monstruos ni situaciones fantásticas, sino que busca el miedo en lo cotidiano, en las sombras que rodean el día a día. Es un miedo más cercano, a veces casi intangible, que se adentra en el lector poco a poco, casi sin que se note, y te cala hasta los huesos.

Mariana Enriquez elige en casi todos sus relatos una protagonista femenina, una mujer que, peor o mejor, forma parte de una Argentina empobrecida: La falta de recursos y de dinero es una constante en los relatos de Enriquez. Así, no se corta en mostrar su país en su peor momento: barrios chungos de Buenos Aires, casas abandonadas, drogas, sexo desenfrenado, gente en la miseria. El terror viene también de ahí, de esos ambientes opresivos, oscuros, ennegrecidos por la pobreza, que muestra la autora.

El terror también viene de escenarios sobrenaturales. Pero no un sobrenatural espectacular, con monstruos o escenas sacadas de este mundo. Enriquez busca despertar sensaciones al lector, transmitir un malrollo que se pega y no se desengancha. Esto lo logra en algunos cuentos más que en otros, pues como toda antología, Las cosas que perdimos en el fuego tiene relatos más acertados que otros. Mariana Enriquez usa espírtus, usa humanos, usa la oscuridad urbana que rodea Buenos Aires y el resto de zonas rurales de Argentina. De esta forma, logra colarse en la mente del lector y sacudirla de todo escepticismo.

En conclusión, esta es una colección de relatos de terror que va creciendo dentro de ti a medida que vas leyendo. Relatos que al principio parecen no tener ni una pizca de ese malrollo del que he hablado en la reseña, pero que poco a poco van metiéndote dentro de la ambientación, hasta que ya no puedes salir de ella. Recomiendo leer estos relatos de una tirada, descansando entre cuento y cuento, para poder meteros bien en esta Argentina espeluznante.

Otras reseñas:

4 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Pues no soy mucho de terror, para nada, pero me ha gustado ese terror cotidiano que presenta la autora, además del papel que tiene Argentina en los relatos, me parece muy curioso :O

    ¡besos!

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  2. ¡Hola! Sabía que me sonaba, en cuanto he leído que era una antología sabía de qué, a mí también me lo han recomendado. Espero leerlo pronto.
    Un beso.

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  3. Buenaas!
    Pues no hay mucho que me llame del libro, ni soy de relatos ni del género, pero gracias por la reseña <3

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  4. yo leía solo dos relatos y descansaba (con otro libro de Mariana) por eso que dices. este libro lo espero leer pronto.

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