miércoles, 5 de diciembre de 2018

La muerte del comendador (libro 1) de Haruki Murakami


Haruki Murakami fue un referente literario durante toda mi adolescencia. Sí es verdad que últimamente no le tenía en tanta estima como entonces, pero recuerdo aún con mucho placer todos los libros suyos que leí (que son... ¿casi todos?). Hacía ya varios años que vivíamos una sequía de obras nuevas publicadas (sequía durante la cual Tusquets ha ido traduciendo sus obras inéditas). Hasta ahora. Y qué retorno. 'La muerte del comendador', o al menos la primera parte en la que han dividido, está a la altura de sus mejores novelas. Vamos a analizar por qué.

La muerte del comendador empieza con una separación entre el protagonista y su mujer. Después de unas semanas viajando por el país sin rumbo fijo ni destino en mente, decide instalarse a vivir unos meses en la casa del padre de un amigo, también pintor. La casa, alejada de toda civilización, sirve como refugio para poder concentrarse en la pintura. Sin embargo, lo que sería una estancia tranquila acaba convirtiéndose en una espiral de misterios y hechos sobrenaturales en los que el protagonista verá inmersa su vida. 

Una de las grandes bazas de Murakami como autor ha sido su capacidad para unificar diferentes estilos y géneros sin perder por ello su impronta personal, o más bien dicho, acogiendo esta característica como su firma. Y es que en este libro, igual que algunos de sus antecesores como 'Kafka en la orilla', 'Crónica del pájaro que da cuerda al mundo' o '1Q84', se mezclan el realismo mágico, el costumbrismo y algunos toques de terror gótico, sin nunca dejar su estilo característico ni su marca personal. Al contrario, este es un libro que añade más elementos al "lore" Murakami.

Esta mezcla tan heterogénea está muy equilibrada gracias, en parte, al uso de un narrador en primera persona, que va contando su experiencia como si se estuviera dirigiendo directamente a nosotros de forma que consigue meternos en la narración. De esta manera, tanto sus reflexiones como sus vivencias se hacen reales en nuestra mente gracias a este narrador. El protagonista es un personaje muy Murakami, pero pese a ver claramente el autor detrás de su rostro anónimo, también consigue que nos veamos a nosotros mismos en él. Al menos en mi caso, he vivido una connexión muy directa con el personaje y sus experiencias.  

Y esto me lleva al hecho de que los personajes están muy bien hechos. Destacar sobre todo al protagonista, por motivos evidentes, y también a Menshiki, el co-protagonista que, de alguna manera, hace un duo perfecto con el protagonista. Un personaje complejo cargado de matices que consigue que la novela sea mucho más interesante y mucho más completa. Si un caso comentar que, a excepción de Meshiki y el protagonista, el resto de personajes no están muy presentes en la historia y son elementos secundarios que aparecen cuando la trama lo necesita y ya. 

El gran problema con este libro, y el por qué no me ha gustado tanto como otros del autor, es su estructura. Parece escrito por partes y eso hace que en muchas ocasiones el texto sea redundante, cortando así el buen ritmo que tiene el resto de la novela. También a eso hay que sumarle las numerosas ocasiones en las que el narrador "adelanta" acontecimientos como forma de cerrar el capítulo. En un par de ocasiones ayuda a construir la expectativa del lector, pero en la mayoría me han parecido innecesarías.

Por último, no quiero dejar de comentar la cantidad de referencias artísticas, musicales y literarias que usa, de nuevo, Murakami. Parecidas a las que vimos en 1Q84, la música se aleja del acostumbrado jazz para adentarse en una música clásica plagada de óperas y piezas orquestrales de los mejores compositores europeos. Se le ha criticado mucho a Murakami el uso de constantes referencias occidentales, pero en esta ocasión las literarias han tirado más hacia la obra de su propio país, algo que he agradecido. Y destacar también la forma que tiene el autor de hablar de arte, que me ha recordado parcialmente a algunos libros de Yasunari Kawabata. La forma que tiene de mostrar la pintura del protagonista es muy visual y en muchas ocasiones aparecía el cuadro en mi cabeza. 

El conjunto es muy sólido. Se construye una historia fascinante, que atrapa al lector, con toques de terror gótico y de realismo mágico que Murakami escribe a la perfección. Con una edición preciosa (la española) y una traducción excelente (la catalana, de mano de Albert Nolla), he disfrutado muchísimo de la lectura. Uno de sus mejores libros, sin duda, aunque sin una conclusión clara: la editorial ha decidido partir el libro en dos, por alguna razón (¿será por los derechos? ¿por la traducción? No lo sé) y eso hace que el libro quede inconcluso. Pero si la segunda parte mantiene el nivel de esta primera, algo que comprobaremos en enero, este será, sin duda, uno de los mejores libros del autor japonés. 

Otras reseñas:

3 comentarios:

  1. Ahhh, te lo dije en instagram y te lo digo aquí , ahora que he leído tu reseña, que ganas de leerlo!:D Gracias por tu opinión!^^

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  2. Pregunta para novato en Murakami que no ha leído nada suyo: ¿Es un buen libro para entrar en su literatura? Particularmente me llama que sea realismo magico y tenga narrador en primera persona. Abrazote <3

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  3. Yo aun no leo nada de Murakami y espero que sea el momento de iniciarlo pronto.

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