La única criatura enorme e inofensiva de Brooke Bolander

Cuando se habla del peligro de la radioactividad, normalmente se alude a Chernobyl o Hiroshima. Y aunque en ambos el daño humano y medioambiental fue terrible, no podemos olvidarnos de la era dorada del radio. Cuando Marie Curie descubrió el elemento y sus características, muchas empresas vieron esas cualidades como una forma de negocio. Durante los primeros veinte años se crearon productos que promocionaban al radio como, casi, un mágico elixir. Pasta de dientes, medicina, cosméticos… y relojes. 

En La única criatura enorme e inofensiva, Brooke Bolander nos traslada al pasado, pero a uno alternativo en el que las chicas del radio y la elefanta Topsy, dos eventos que en nuestra realidad no estuvieron conectados, en la novela sí lo están. Para esto, presenta a dos personajes: Kat, quien tiene que convencer a las elefantas para que se tiñan la piel de verde radioactivo y Regan, una de las chicas del radio que aún sobrevive y que tiene que comunicarse con Topsy. 

Si os ha parecido un resumen un poco caótico, es porque la misma novela lo es. Como lector, cuesta adentrarse entre sus páginas y al inicio todo es bastante confuso: Bolander tiene un estilo muy lírico precioso pero que puede resultar algo pesado y cambia tanto de punto de vista que, al principio, el lector está algo descolocado. Esto hace que el libro no sea una lectura fácil, pero una vez te adentras y entiendes e interiorizas las voces narrativas, descubres una historia poderosa y fascinante. 

Una de las cosas que más me ha interesado de la historia, además del ejercicio ucrónico, es la voz narrativa de las elefantas. Bolander le da un punto de vista y con él conocemos su mitología, las historias que hay detrás de estos seres. Esta nota de “fantasía” (con muchas comillas) no aporta demasiado a la historia, pero sí a su narrativa. Para esto, la autora usa canciones y una forma de escribir muy peculiar pero cargada de significado. 

Brooke Bolander escribe una ciencia ficción peculiar y muy MUY política. Uno de los tema principales de la novela corta es el capitalismo y como este, con la excusa del progreso, camina hacia adelante sin importarle lo que pueda pisar. La historia de las chicas del radio es un ejemplo real de ello y el prólogo del libro lo explica mucho mejor que yo. Pero también es la historia de Regan, que se sacrifica a sí misma para poder conseguir algo para comer a su familia. Lo es la historia de las elefantas, que son usadas para continuar con la cadena de producción. En muchas reseñas que he leído, el objetivo de la crítica se centra en el progreso científico, pero desde mi punto de vista totalmente subjetivo, aquí no se habla de progreso científico sino de como este puede ser aprovechado en aras del capitalismo. 

Este es uno de esos libros que deja huella. Sí es verdad que a veces resulta demasiado confuso y que, creo, con una lírica algo más descriptiva habría disfrutado más de la novela. Pero eso no quita que la forma de escribir de Bolander sea fascinante y que la historia que cuenta, cargada de poesía y de política, sea importante. Os puede parecer una novela en la que es difícil entrar, pero yo digo que vale la pena el esfuerzo. Pues una vez entras, una vez dejas que las palabras de la autora te toquen, la novela se convierte en una arma poderosa de literatura y reflexión que todos deberíamos conocer. 

La edición, además, es de diez. No solo la traducción (que debió ser difícil de cojones, si me permitís la expresión) es excelente, sino que además la portada y el prólogo la convierten en un libro de colección. 

Otras reseñas:

In the never never

Flights of a dreamer