Reseña: Embassytown de China Miéville

Hace mucho tiempo leí una reseña en el blog de Inés que me llamó bastante la atención. Por aquel momento, pasaba por una época en la que los libros de ciencia ficción me llamaban mucho y aunque esas ganas de leerlo se suavizaron con el tiempo, el libro nunca se fue del todo de mi memoria. Hace poco lo encontré en la biblioteca y decidí cogerlo (pese a los miles de libros pendientes xD) porque tenía ganas de leer algo así. Y después de un par de lecturas más bien mediocres, este libro llegó como caído del cielo.

La Ciudad Embajada es una colonia en un planeta habitado por extraterrestres llamados Arekei o Anfitriones. Estos y los humanos viven en relaciones muy cordiales gracias a los Embajadores, los únicos capaces de hablar con los Anfitriones en el Idioma. Avice, la protagonista, vuelve al planeta después de muchos años viajando por el universo conocido y poco después, aparecen en la ciudad un nuevo Embajador (si leéis el libro, entenderéis el porqué de la no-concordancia gramática de la frase) que cambiarán totalmente las relaciones con los Arekei.

Cuando un autor de fantasía o ciencia ficción tiene que enfrentarse a crear un nuevo mundo y, más importante, a enseñárselo a los lectores, tiene tres posible actuaciones (bueno, seguramente hay más, pero hablaré de estas tres): Por un lado, puede dejar que sea el narrador el que explique este nuevo mundo, a cuentagotas o de golpe, para el lector. Así lo vemos en, por poner un ejemplo conocido, Juegos del hambre. La segunda posibilidad es que el propio personaje principal se adentre en este mundo desde la ignorancia y así, todas las explicaciones que recibe él las reciben también los lectores, como por ejemplo, Harry Potter. La tercera posibilidad y la que decidió Miéville para su libro, es la de que el narrador hable con el lector como si este formara parte ya del mundo. Es, quizá, la más difícil de realizar, porque el autor tiene que lograr mantener enganchado al lector pese que al principio seguramente no se va a entrar de mucho. 

Así nos conduce China Miéville por las primeras páginas de Embassytown y puede ser que el lector se sienta desorientado, pues hay muchos conceptos e ideas que desconocemos. Las primeras páginas, por lo tanto, pueden resultar algo pesadas pero aún así, en pocas páginas, Miéville logra entusiasmarnos cada vez más en este mundo nuevo que, pese a que aún es casi totalmente desconocido para nosotros, ya nos fascina.

El tema principal de este libro podrá parecer atípico para un libro de ciencia ficción: El lenguaje. Sin embargo, China Miéville logra crear una trama compleja, llena de metáforas y de tonos sutiles, con este tema. Logra que el lector se adentre y se interese por todas las características de este idioma. Así, es este el principal conductor del hilo del libro, y no los personajes o la acción. Por supuesto, no es que estos falten, sino que son complementos para la historia que quiere crear el autor.

El libro está muy bien construido. Miéville hace un trabajo impecable y logra que el lector se adentre en la historia, en el mundo de Ciudad Embajada y en el Idioma sin poder dejar el libro. No solo la imaginación del autor lo ha creado, sino que también es la inteligencia de como esta se traslada al papel lo que impresiona. Ciudad Embajada es un libro muy trabajado y eso se nota cuando se lee.

Por lo que habéis leído, quizá os imaginéis un libro denso, pero nada más lejos de la verdad. Este es uno de los libros de ciencia ficción que vale la pena leer, de esos libros sacados de una mente privilegiada que tiene todo lo que necesita un buen libro de ciencia ficción: una trama fascinante, un mundo muy bien creado y un buen trasfondo. Espero que os animéis a leerlo.

4,5/5