Que me fascina toda la obra de Becky Chambers es algo que, si lleváis
siguiendo el blog un tiempo, ya sabréis. He reseñado los tres libros que ha
sacado de la saga de Wayfarers y no podía faltar el último libro que ha
publicado. Por primera vez la autora se aleja de la ambientación de sus otras
tres novelas anteriores para mostrarnos una realidad totalmente diferente, pero
también muy interesante. Hoy en el blog hablamos de la novela corta de Becky
Chambers, To be taught, if fortunate.
En esta novella nos presentan los cuatro integrantes del Merian, una nave
que parte de la Tierra para explorar diferentes planetas y su fauna, flora y
geología. A partir de esta premisa tan sencilla, Chambers explora las
relaciones interpersonales entre ellos y la forma de visitar los planetas
haciendo el mínimo contacto con la vida existente en ellos. A través de cuatro
planetas, cuatro partes del libro, Arianne, la voz narradora del libro, nos
presentará cuatro lugares muy distintos entre sí.
Becky Chambers nos vuelve a llevar a las estrellas, esta vez con una
historia mucho más cercana a nuestra realidad, con toques más realistas no solo
en la premisa, sino también en los elementos que la conforman. De esta forma,
la innovación viene con la somaformación, una herramienta tecnológica que
permite a los seres humanos adaptarse vagamente a diferentes ambientes. Esta
idea, que viene del contrario a la terraformación, es explorada en la novela de
la misma forma que el resto de elementos: con una visión científica que
muestran una documentación detrás bestial.
Sin embargo, ese no es el único tema que trata la novella. Las relaciones
interpersonales y como estos cuatro personajes van cambiando a medida que van
viviendo las diferentes experiencias en los planetas es muy interesante. Ellos
crecen y cambian y el lector puede vivir estos cambios a través de sus
actitudes, de sus diálogos. La actitud que presentan hacia la ciencia (con una
admiración y una reverencia hacia su trabajo) y la que presentan hacia los
planetas que visitan (con la intención de intervenir en ellos lo mínimo
posible) nos muestran otra vez esa amabilidad que desprenden los libros de
Chambers. Y es que aunque la ambientación haya cambiado, no lo hace ni su prosa
ni la manera que tiene la autora de transmitir una calidez que caracteriza sus
historias.
El tono de la novella es muy acertado. Chambers cambia la tercera persona
por una primera persona para dar un toque intimista y personal a la historia,
que pega mucho con el formato y con el desarrollo del libro. La prosa es tan
impecable como en sus anteriores historias y muestra el cariño que siente la
escritora hacia la ciencia a través de sus propios personajes. Creo que la
lectura de este libro ha sido de un grado de satisfacción mayor al verme
reflejada, como bióloga, en estos personajes.
La novela es corta, de apenas 140 páginas, pero Chambers no necesita mucho
más para entrar en el corazón del lector. Me repito mucho con este tema, pero
la habilidad que tiene Chambers de transmitir esperanza y calidez es algo que
admiro mucho y que siento vivamente al leer sus novelas. Retornar a los mundos
de Chambers es como taparse con la manta en invierno: cálido y reconfortante.
Diría que To be taught, if fortunate, es de las novelas que más me han gustado
de ella, pero al final es una decisión de Sophie: no puedo elegir entre las
cuatro. Por lo que, si os ha gustado a la autora en el pasado, no dudéis en
leer esta novella. Y si no conocéis a Chambers pero os interesa la exploración
espacial, To be taught, if fortunate, es una lectura más que excelente.
Otras reseñas:
Es uno de los tres libros que me planteo leer en inglés este año, para empezar a intentar leer en otros idiomas (y sumar puntos en la LLEx, esta claro XD). Por supuesto, Becky siempre bien <3
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