Aunque la imagen está cambiando desde hace un tiempo, la idea de que la
literatura está escrita por hombres aún está, inconscientemente, en la cabeza
de muchos lectores. No por algo muchos de los que hemos participado en el
#LeoAutorasOct nos hemos dado cuenta de quien predomina en nuestras lecturas y
en nuestras estanterías. Piensa un nombre de una obra clásica y seguramente el
primer libro que te venga a la cabeza estará escrito por un hombre.
Sin embargo, nosotras llevamos escribiendo desde siempre. Al fin y al cabo,
la literatura es una manera de contar historias y todos tenemos historias
dentro que contar. No hay ningún carácter en el cromosoma Y que indique que los
hombres son mejores escritores o mejores poetas. Y sin embargo, la historia ha
obviado a estas mujeres escritoras y muchas de ellas seguramente se han perdido
en el olvido por el simple hecho de tener dos cromosomas XX en su código
genético.
En realidad, y aunque pueda sonar estúpido el remarcarlo, las mujeres siempre han estado ahí.
Luchando en las guerras o trabajando en la ciencia, inventando cosas o componiendo
música. Fa Mulan, un personaje que existió de verdad o Hipatia, una filòsofa, astrónoma y matemática del siglo III. Son figuras que se han rescatado del olvido y que
se ven como extrañas, como hechos curiosos y poco probables. Y sin embargo
¿cuántas mujeres que habrán hecho sus labores no habrán sido rescatadas nunca
del olvido? La lista de nombres femeninos que desbaratan los clichés comunes
como el hecho de que las mujeres no se interesan por la ciencia, la tecnología
o, por ejemplo, la ciencia ficción, cada vez aumenta más y más.
Y es que aunque se ha considerado desde siempre que la ciencia ficción y la
fantasía es un, permitidme el tono coloquial, “campo de nabos”, esto está
cambiando poco a poco. Cada vez somos más lectoras las que nos fascinamos por
un libro de ciencia ficción. Cada vez somos más las escritoras las que abocamos
nuestras ideas, nuestras ganas de contar una historia, en el mundo de la
especulación futura.
Hay muchas posibles razones por las que la mujer, hasta hace poco, se
sentía excluía del mundo de género. Razones que no son excluyentes entre ellas,
sinó todo lo contrario. Sin embargo, cuando pienso en este tema, me vienen dos
a la cabeza, dos razones que me han afectado a mí en algún momento y que estoy
segura de que también habrán afectado a lectoras potenciales.
Por un lado, la falta de una figura femenina representativa. Sí, una vez te metes en el mundillo, o gracias a iniciativas como La Nave invisible o #LeoAutorasFantasticas, puedes conocer a grandes mujeres que han escrito libros de ciencia ficción. Úrsula K. Le Guin, Octavia Butler o Mary Shelley. Sin embargo, seguramente, una lectora que se esté introduciendo en la literatura de ciencia ficción recibirá recomendaciones de Philip K. Dick, Isaac Asimov o Orson Scott Card.
Y eso me lleva a otro: los personajes femeninos. Estoy generalizando y conozco obras con personajes femeninos muy interesantes, sin embargo, en muchas de las obras de género que he leído, los personajes femeninos son más bien pobres. No siempre clichés, pero sí muchas veces con los mismos recursos, personajes que están ahí para hacer de chaperona a los masculinos. Y ya ni digamos, protagonista. Y seguro que existen, no digo que no, pero de nuevo, lo estoy viendo desde el punto de vista de alguien que se quiere introducir en el género.
Las cosas están cambiando y lo mejor es que veo cierto movimiento, cierta
tendencia a provocar estos cambios. Sin embargo, aún nos queda mucho camino por
recorrer, muchas piedras que quitar y mucha memoria que recordar. Quizá en unos
años, nos olvidaremos de esa etiqueta que dice que la literatura de ciencia
ficción es “cosa de hombres” y que solo la leen estos. Quizá en unos años
podremos ver el mismo número de libros escritos por mujeres que por hombres. Mientras ese momento no llegue, aquí seguiremos.