Reseña: Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama

Lo prometido es deuda y aquí os traigo la reseña del libro más conocido de Kyoichi Katayama (y con razón), Un grito de amor desde el centro del mundo. La verdad es que me he metido de lleno en la literatura japonesa y pronto os traeré también la reseña de otro que he leído de un autor japonés y prometo no daros más la machaca con ellos, que al final creeréis que no leo nada más aparte de eso. 

Esta novela me ha sorprendido, algo que hace mucho que una novela no puede decir. Quizá porque tenía una idea preconcebida muy diferente de como ha sido al final y al empezar a leerlo y adentrarme en su historia, me he dado cuenta de que no tenía nada que ver. No sé si os acordáis que hace un par de reseñas comenté que el día que encontrara un libro de literatura japonesa que no fuera raro, haría una fiesta. Pues bien, os debo una velada, por qué este libro definitivamente no es raro. Por supuesto, aun mantiene ese lenguaje tan especial que he visto en todas las novelas japonesas, como una mezcla de poesía minimalista y narrativa. Como ya dice con El año de Saeko, me da la sensación de que todas las palabras escritas deben estar ahí.

Sin embargo, Un grito de amor desde el centro del mundo no tiene nada que ver con El año de Saeko. Nada. La historia habla de dos jóvenes adolescentes que se conocen en el instituto, muy jóvenes, y que pronto empiezan una relación que al principio es simplemente de amistad, pero poco a poco se va transformando en un amor juvenil pero intenso. La historia está dividida en dos partes claras y la reseña también tendré que dividirla en dos, por que ambas partes son diferentes y creo que merecen una apreciación particular por separado.

Al principio de la novela, podemos ver a Sakutarô y Aki, los cuales viven una historia de amor intensa que puede parecer muy normal para cualquiera pero que llega hasta el alma. Con una sencillez característica de la narrativa japonesa, te adentras en el principio y el final de esta historia de amor, tanto los sentimientos de ellos como las reacciones de los demás hacia ellos. Los dos personajes están bien delineados y su relación va evolucionando a lo largo del libro, al igual que ellos mismos y el lector está invitado a verla, algo que me encanta.

Pero entonces, llega el drama. Uno que se palpaba desde la primera palabra, pero que no me esperaba que viniera con un hilo tan tópico como este. De hecho, tenía una leve sospecha que rechacé desde el principio, por ser demasiado común. Por eso quizá me ha decepcionado bastante cuando la novela ha alcanzado estos derroteros y se ha lanzado al drama total y exageradamente melodramático. Me ha fallado mucho aquí Katayama, no me lo esperaba para nada. Por supuesto, literariamente sigue siendo igual de bueno, pero te queda ese regusto amargo de saber que el autor ha tirado por lo típico antes de salirse de lo común como hizo con otras novelas.

Pese a esta dualidad y esta caída en picado, sigue siendo un libro interesante que recomiendo a todo aquel que se quiera adentrar en la cultura japonesa. Nunca alcanzará a un Haruki Murakami, aunque tiene muchos toques que me recuerdan a él (pero si queréis comenzar con la literatura japonesa, mejor empezad con Murakami, algún día os traeré alguna reseña, por que es de mis autores preferidos), pero al ser cortito y ligero como el anterior, no ocupa mucho tiempo. ¿Y vosotros, lo habéis leído?

3,5/5