Reseña: El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide

Malditos japoneses y su manía de poner títulos largos a sus libros... Bueno, como veis llevo una semana bastante temática con esto de los autores japoneses, ya que llevo unos días que solo tengo ganas de leer este tipo de literatura. El otro día tuve la oportunidad de comprar muchos libros (soy feliz *-*) y entre ellos venía esta preciosidad de Hiraide y el segundo que os prometí de Katayama (cuya reseña postearé pronto).

La verdad es que tenía muchas ganas de leer este libro desde que lo vi en las librerías. No solo por el hecho de que el autor fuera japonés, sinó también el título me llamaba la atención. Confieso que soy una adoradora de los gatos y me pareció curioso un libro en el que el protagonista era este animal. Porque realmente el título le viene al libro que ni pintado.

La novela habla de una matrimonio de unos treinta años que viven en una pequeña casa (pabellón, lo llaman) al lado de una casa más grande, de estilo japonés antiguo, que tiene un pequeño jardín y está en un barrio tranquilo donde habita también varias familias y un gran olmo centenario. Sus vecinos son, por un lado, una adorable pareja de abuelos que les han alquilado la casita y por otro, una familia con hijos. Un día aparece por la calle un pequeño cachorro de gato, con esa personalidad que tanto nos gusta de los gatos: juguetón, algo arisco pero a la vez cariñoso, elegante, familiar y curioso. Y libre. Sobretodo libre. El hijo de los vecinos lo adopta, pero el gatito (llamado Chibi, que significa pequeño) vaga libre entre el jardín de su casa y el de la casa de la pareja protagonista. Así es como, poco a poco, vamos viendo la relación que tiene el gato con ellos, pues decide adoptarlos como amos.

El principio del libro es un poco confuso, sobretodo por los saltos temporales que hace Takashi, pero pronto sigue una línea temporal más clara y poco a poco vas acostumbrándote a la poesía narrativa con la que transforma algo tan cotidiano como un gato en un cuento sobre la vida. Me gusta mucho como trabaja con los paralelismos y a veces te planteas si Chibi no es también un humano, pues las relaciones entre animales-humanos que relata el protagonista son casi tan humanas como si fueran dos personas hablando. Aunque según él nunca ha sido muy de animales, podemos ver interacciones curiosas y delicadas como una escena del baile de él y la libelula, o todas las escenas con el gato.

Un libro sencillo y corto, sí, pero bastante profundo a mi parecer. Desgrana momentos que cualquiera puede vivir, no explica la gran historia de un gran héroe, sino de alguien normal, como cualquier lector, y eso es lo que hace encantador al libro. Porque puedes verte con sus ojos, ponerte en sus zapatos. No es un libro que pase a la prosperidad, pero está bien escrito, sencillo y elegante como el gato que lo protagoniza.

En conclusión, ¿lo recomiendo? Sí. Al fin y al cabo, son solo 170 páginas que se leen rápido y que, para mi, llenan unas horas de lectura en las que te adentrarás en este pequeño mundo cotidiano pero encantador. Y más si te gustan los gatos.

3,5/5