Reseña: las mil y una historias de A.J. Fikry de Gabrielle Zevin

Sí, sí, no me he vuelto loca. Sí, habéis leído bien el título. ¡Yo también leo libros actuales! Algunos conoceréis el título porque es de este mismo año, de la editorial Lumen. A otros os sonará quizá por alguna reseña en otros blogs. La verdad es que yo cogí este libro con muchísimas ganas, porque una de las cosas que más me gusta de la literatura es leer libros sobre librerías, libreros o bibliotecas. Será que me siento identificada. 

Y Las mil y una historias de A.J.Fikry no me ha decepcionado en ese sentido (y en ninguno). Es una novela cortita (apenas 300 palabras) que nos explica la vida de un librero amargado con el mundo, solitario y misantrópico, que vive en su librería de capa caída y que odia el mundo editorial actual. Su librería está en una isla de difícil acceso y cuyos clientes van casi exclusivamente por la memoria de su esposa muerta un año atrás. En este panorama es cuando aparece un personaje  que le cambiará la vida a A.J; Maya. La pequeña Maya, un bebé de apenas dos años, es abandonada en la librería mientras A.J. la había dejado abierta para ir a correr y a falta de una persona mejor, decide cuidarla hasta que venga el trabajador social. Solo un fin de semana, suficiente tiempo para que Maya cambie la personalidad ácida de A.J., para crear un lazo que los libros han unido y que ya nada podrá separar.

No es una historia sensibilera, como puede parecer por mi mal resumen, ni una historia compleja de relaciones. Es simplemente una historia de una persona que se sentía acabada y como el amor por los libros y por una pequeña lectora logran que se recupere. La historia de un libretero que ama la literatura y a su hija adoptiva por encima de todo y que, a través de reseñas hacia su hija nos va descubriendo su peculiar manera de ver su oficio y también el cambio que Maya hace en él.

Además, es una novela que cuenta con varios personajes entrañables, además del ácido-dulce A.J. (por si no sabéis a que viene esto, hace poco publiqué un Dime lo que comes con este libro como protagonista) y de la tierna e inteligente Maya, tenemos al jefe Lambiase, un policía que, gracias a Maya, se vuelve asiduo a la novela negra, y Amelia, la incansable corresponsal de la editorial tan amante de los libros como A.J. Todos ellos giran alrededor del pequeño núcleo de Alice Island y la librería de A.J. y van desgranando una historia simple, preciosa y para nada compleja, pero extremadamente realista y entrañable.

Una cosa que me ha gustado mucho es todos los guiños a la literatura que nos regala Gabrielle Zevin con su libro. Por un lado, la literatura actual que A.J. tanto desprecia y que poco a poco llega a apreciar, gracias a Amelia, y por otro los clásicos que el protagonista reseña a su propia hija y que son la presentación de cada capítulo. Casi como leer un pequeño blog literario entre los diferentes capítulos de la historia.

¿Recomendable? Mucho. La verdad es que me lo leí del tirón porque me gustó mucho. La literatura de Zevin es sencilla y nada presuntuosa, pero llena de matices y fácil de leer, de forma que te transporta al mundo de A.J. La ironía de los personajes y de la propia autora es un factor que te hará sonreír en muchos episodios y la forma de transmitir hace que empatices mucho con los personajes (al menos yo me he sentido tan identificada con A.J. que a veces me daba hasta miedo). Un buen libro que vale la pena no perderse.

4,5/5