Reseña: Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro

Ya sé lo que estáis pensando. Sí, he vuelto a la carga con autores japoneses. Pero prometo que este autor es diferente y como hacía mucho que no leía uno y el libro me ha parecido muy interesante para reseñarlo, he creído que no os importaría que volviera a mis andadas con la literatura oriental jaja.

Sin embargo, Nunca me abandones y las obras en general de Ishiguro son muy diferentes a la literatura oriental a la que estaba acostumbrada. Kazuo nació en Japón, pero se trasladó de pequeño a Inglaterra y vivió toda su vida ahí. Y aunque sus novelas tienen toques japoneses, en ningún lado se puede ver la cultura del país o el toque oriental que tienen el resto de novelas que he reseñado de autores japoneses. Por lo tanto, creo que Ishiguro, pese a su nombre, podríamos apartarlo de la literatura japonesa convencional.

La historia, de hecho, pasa en una Inglaterra de finales del siglo XX un tanto especial. La narradora, Kath, dice ser cuidadora de donantes, un concepto que al principio no entiendes bien. Esa presentación es solo una excusa para presentar el núcleo de la novela y lo que realmente importa: su infancia y adolescencia en una especie de internado llamado Hailsham. Este centro puede parecer similar al de cualquier internado normal, pues tiene alumnos que van desde la tierna infancia a los dieciséis años, que viven ahí, practican deportes, artes y literatura. Sin embargo, los alumnos de Hailsham no son normales y la escuela, tampoco.

Lo que más me ha gustado de esta historia es que Kath, la narradora, habla de su pasado en el internado y de como sucedieron las cosas con la mayor normalidad posible, aunque el lector desde el principio ve que esta Inglaterra es diferente y que hay conceptos que el autor va rodeando para mostrártelos con cuidado a lo largo de la novela. Yo al menos iba sospechando cosas cada vez más intensamente hasta que Ishiguro lo dejaba escapar entre sus palabras como si fuera la cosa más normal y aunque ya habías sospechado de ello, no se te hace predecible ni demasiado poco inesperada.

El tema del que habla es el amor, aunque alrededor giren temas muy diferentes que no suelen juntarse con una novela de amor. El triángulo amoroso entre Tommy, Ruth y Kath es diferente a cualquiera que podáis ver en una novela y los personajes están muy trabajados (sobretodo estos tres, que son los que más salen, pero también los custodios (algo así como profesores) pueden llegar a enamorarte, sobretodo Lucy). Ishiguro de hecho aprovecha la idea del amor adolescente para tratar otros temas más futurístas y de ciencia ficción en una novela que parece de todo, menos eso. 

El resumen de Anagrama (la edición que yo leí estaba en esa editorial) nos habla de una utopía gótica y estoy de acuerdo. Podemos ver en la primera parte de la novela toda la vida en Hailsham, un internado que como ya he dicho es diferente y que tiene toques victorianos y a la vez, de escuela de los años sesenta (toda la forma de tratar el arte y el sexo es muy hippy). Y lo más curioso es que todo está rodeado de tal ambiente de normalidad, que aunque el lector sabe que hay algo que no encaja, le es dificil buscarlo y encontrarlo. Ishiguro escribe con toques muy realistas y es por eso que no te da la sensación de leer una obra de ciencia ficción en ningún momento, aunque el tema lo sea. 

¿Por qué no especifico más en ello? Porque creo que las sorpresas tenéis que descubrirlas vosotros mismos. No quiero ahondar más en el tema ni en el resumen porque es un libro que vale la pena ir desgranando, descubriendo cada uno de los secretos que Ishiguro ha guardado cuidadosamente entre sus páginas, porque solo así creo que se podría disfrutar al cien por cien de la novela. ¿Si la recomiendo? Creo que vale mucho la pena buscarla y leerla. Han hecho, por cierto, una película (es del 2010, pero yo no la conocía) de la novela y aun no la he visto (creo que lo haré esta tarde, siempre me gusta ver las películas de las novelas poco después de haber acabado dicha novela), pero os recomiendo que primero descubráis el libro. Ishiguro vale la pena.

4/5