Reseña: La devoción del sospechoso X de Keigo Higashino

Conocía este libro desde hace tiempo y tenía ganas de leerlo, pero nunca había tenido la ocasión hasta que hace poco pude comprarlo. Cuando Isa Martínez de Readins in the North comentó por twitter y goodreads que le había gustado mucho, me animó a mi misma a leerlo. Así que cuando noté que necesitaba despejarme un poco de lecturas densas, me decidí por empezar este. Y lo acabé en un día.

Yasuko se encuentra en un grave problema cuando su hija y ella, casi accidentalmente, matan a su ex-marido y acosador. Con el cadáver en casa, Yasuko piensa en entregarse a la policía, pese a lo que teme dejar a su hija sola. Sin embargo acude a su rescate Ishigami, el vecino de la puerta de al lado, maestro de matemáticas del instituto. Ishigami coge el toro por los cuernos y se encarga de esconder el cadáver y de controlar todas las pruebas para conducir la investigación. El inspector Kusagani es el detective encargado de este caso, pero será solo gracias a Yukawa, ex-compañero del inspector y del profesor, que lograrán desentrañar este caso.

Voy a confesaros una cosa: No me gusta mucho la literatura policíaca. No suelen despertar mi interés este tipo de casos y al final, las pericias del inspector (de quien suelen contar también mucho su vida) acaban por aburrirme. Sin embargo, la novela negra japonesa tiene un toque extraño que suele fascinarme. Solo he leído dos (aparte de este, Out de Natsuo Kirino) y ambos me han gustado mucho. 

Una de las premisas que, en mi poca experiencia de novela negra japonesa que he leído, es que el lector siempre conoce el asesino. Se mete dentro de su mente a la vez que se mete dentro de la del inspector. No creo que sea una premisa constante en toda la novela negra japonesa, pero creo que le da un toque muy interesante a este género. Pues podemos ver el juego del inspector y del asesino sin acabar de comprender bien que ha hecho cada uno. De hecho, me ha recordado bastante (salvando las diferencias de estilo y trama) a la idea de Death Note, la batalla entre dos mentes privilegiadas.

La trama, por lo tanto, está bien llevada. Poco a poco se van sabiendo pistas del caso, pero siempre está en el aire las incógnitas más importantes. Ni Ishigami ni Yukawa comparten sus sospechas y actos con los lectores, de manera que aunque se sabe quien es el asesino, las incógnitas mantienen en vilo, atrapando al lector entre sus páginas.

Como siempre, la pluma de los autores japoneses tiene ese toque que solo saben darle ellos. Sin embargo, para mi gusto algunos de los diálogos han quedado algo forzados y no se ven tan naturales. No sé si esto es a causa de la traducción (yo lo leí en catalán y a veces, en este idioma me da esa sensación) o del original, pero no acaba de verse natural.

En conclusión: no es un gran libro ni uno que vaya a trascender en la historia de la literatura, pero está bien llevado, engancha al lector (tal y como se suele esperar de una novela negra) y la pluma es suficientemente bonita (aunque no tanto como me esperaba) para un libro de este calibre. Si buscáis un libro ligero y que os atrape, el típico libro entre lecturas, seguro que este es una buena opción.

3,5/5