Hace varios meses que leí el primer libro de esta triología y aunque las ganas de leer más de VanderMeer me impulsaban a ir a la librería y comprar el siguiente inmediatamente, al final han pasado varios meses hasta que no he leído el segundo. Me hubiera gustado que no fuera así, porque aunque la historia no se continua exactamente en el momento en el que acabó el primer libro, me hubiera gustado tenerlo más fresco.
En Autoridad vemos el Área X desde otro punto de vista totalmente diferente. Control acaba de ser transferido a Southern Reach como director para esclarecer las incógnitas dejadas después de la duodécima expedición. Sin poder confiar en nadie y casi a ciegas, Control se adentra en esta agencia, donde los secretos parecen aguardarle en las esquinas de Southern Reach.
Esta segunda parte comparte varias de las ideas que VanderMeer desarrolló en la primera parte y esa Área X sigue siendo el misterio y el motivo que mueve a los personajes. Sigue ahí, como un monstruo que acecha invisible a nuestros personajes y el autor juega con esa dualidad, de verla desde dentro en el primer libro y desde fuera, comprender sus entresijos más burocráticos, desde dentro.
Sin embargo, y aunque la idea era buena, la ejecución no deja de ser pobre. El lector no empatiza con Control ni logra interesarse por la acción que se desarrolla en Southern Reach y el autor decide alargarse innecesariamente también, perdiendo la ligereza del primero. Sí es verdad que hacia el final del libro, logra captar la atención del lector como en el primero, pero antes necesita unas 250 páginas de precalentamiento que, aunque no son aburridas, no son tampoco tan interesantes como para mantener la atención.
De nuevo, el autor sabe como desarrollar personajes. Sin embargo, y comparativamente siempre con el primero, no llegan a entusiasmar tanto como los otros. Son algo más artificiales (excepto, quizá, Control). VanderMeer juega bien sus cartas al conectar a Control y la bióloga (rescatando este personaje y dejándonos con la intriga de lo que pasó exactamente en el Área X), pero aún así, la sensación general no es tan fascinante como en el primer libro.
Y por supuesto, la pluma de VanderMeer sigue siendo igual de atrayente, oscura y elaborada que en el primer libro y eso es lo que salva este. Lo compensa muchísimo y es gracias a ella que el lector puede llegar al final, a la parte interesante, a esas ciento cincuenta páginas de frenesí en el que sientes esa avidez lectora que, al menos a mi, me atrapó en el primer libro.
En general, es un libro flojo dentro de una buena triología. No es malo y logra, al final, captar el interés, pero si fuera una primera parte de una triología no creo que lo hubiera continuado. No desvela más secretos de los pocos que conocíamos ya y deja muchos hilos abiertos para el tercero y último, que espero que retome el magnetismo del primer libro.
Esta segunda parte comparte varias de las ideas que VanderMeer desarrolló en la primera parte y esa Área X sigue siendo el misterio y el motivo que mueve a los personajes. Sigue ahí, como un monstruo que acecha invisible a nuestros personajes y el autor juega con esa dualidad, de verla desde dentro en el primer libro y desde fuera, comprender sus entresijos más burocráticos, desde dentro.
Sin embargo, y aunque la idea era buena, la ejecución no deja de ser pobre. El lector no empatiza con Control ni logra interesarse por la acción que se desarrolla en Southern Reach y el autor decide alargarse innecesariamente también, perdiendo la ligereza del primero. Sí es verdad que hacia el final del libro, logra captar la atención del lector como en el primero, pero antes necesita unas 250 páginas de precalentamiento que, aunque no son aburridas, no son tampoco tan interesantes como para mantener la atención.
De nuevo, el autor sabe como desarrollar personajes. Sin embargo, y comparativamente siempre con el primero, no llegan a entusiasmar tanto como los otros. Son algo más artificiales (excepto, quizá, Control). VanderMeer juega bien sus cartas al conectar a Control y la bióloga (rescatando este personaje y dejándonos con la intriga de lo que pasó exactamente en el Área X), pero aún así, la sensación general no es tan fascinante como en el primer libro.
Y por supuesto, la pluma de VanderMeer sigue siendo igual de atrayente, oscura y elaborada que en el primer libro y eso es lo que salva este. Lo compensa muchísimo y es gracias a ella que el lector puede llegar al final, a la parte interesante, a esas ciento cincuenta páginas de frenesí en el que sientes esa avidez lectora que, al menos a mi, me atrapó en el primer libro.
En general, es un libro flojo dentro de una buena triología. No es malo y logra, al final, captar el interés, pero si fuera una primera parte de una triología no creo que lo hubiera continuado. No desvela más secretos de los pocos que conocíamos ya y deja muchos hilos abiertos para el tercero y último, que espero que retome el magnetismo del primer libro.
3/5
¡Hola! No me llama mucho y no termina de convencerme, así que al fin y al cabo voy a descartarlo por esta vez. Gracias por al reseña.
ResponderEliminar¡Un beso!
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que no sé si animarme con VanderMeer o no. Eso que al mismo tiempo tengo curiosidad pero quizás no la suficiente como para adentrarme en sus páginas.
Quizás si me cruzo con él diga bueno vale, ¿por qué no? pero si no es así puede que nunca me ponga a buscarlo.
Un beso ^^
Lo tengo apuntado porque todo el mundo dice que está genial
ResponderEliminarun besito
yo no se si leer esta saga tengo bastantes dudas :)
ResponderEliminarbesos
Había visto más comentarios en el sentido de que este es el que más flojea de la trilogía. Y aunque no soy muy de series y demás a esta trilogía le tengo ganas, la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo
Voy a ser sincera: no he leído la reseña porque he visto que es una segunda parte y no quiero spoilers.
ResponderEliminarPero yo te comento igual ♥