Dime lo que comes #26: El océano al final del camino

Llega Halloween y aunque es la festividad que menos me gusta de todas (y que además, me parece totalmente extranjera), he decido dedicarle la entrada de hoy a ella. Sin embargo, no esperéis ver el clásico libro de terror que se recomienda en estas épocas, porque he decidido apartarme un poco de los libros de siempre y recomendar uno que, aunque es muy conocido, para mi se adapta mejor a estas fechas que ningún otro.

Antes de entrar en materia, tengo que comentaros que esta entrada iba a publicarse la semana pasada (y básicamente iba a ser otro postre y otro libro), pero no me dio tiempo a completar la receta y no pude traeros la entrada. Así que antes de colgarla un lunes (que se me haría muy raro), decidí atrasarla para este fin de semana y así ya enlazar con Halloween.

Creo que por primera vez os traigo un postre que a mi no me gusta nada de nada. Sin embargo, la gente que lo ha probado (y que le gusta el dulce más que a mi) dice que está muy bueno y es tan bonito y fácil de hacer, que he pensado en traeros la receta para que hagáis vosotros vuestros propios dulces de Halloween en casa. La base de galleta está hecha con las galletas de mantequilla cuya receta está en varios Dime lo que comes (por ejemplo, en este <3) y por encima, en vez de usar glasa real (no tengo materiales para decorar galletas con glasa real, pero espero hacerlo pronto porque me encanta) use fondant. Si os gusta el fondant, podéis recrearos y hacer una buena capa, sin embargo os recomiendo que la capa de fondant no sea muy gorda, porque se comerá todo el sabor de la galleta.

¿Y porqué El océano al final del camino? Neil Gaiman no es un autor de terror, aunque su fantasía tiene ese toque maquiavelico y oscuro que a mi tanto me gusta. De hecho, en este libro este toque tan característico se ve más que nunca. Cuando hice las galletas pensé mucho en usar el libro de La melancólica muerte del chico Ostra, un libro que me encanta y me parece adorable y va perfecto para estas galletas Jack Skeleton. Pero como no lo tengo, tuve que pensar en una alternativa. Siempre he dicho que la ambientación de Neil Gaiman me recuerda un poco a Tim Burton y este libro es el que más me dio esa impresión, así que por eso lo elegí. 

Os dejo la "receta" (no es una receta per se, más bien un "how to do it") y ya sabéis que podéis adaptarla con los moldes y los diseños que vosotros queráis. 

Ingredientes

La receta y los ingredientes para las galletas está aquí. 

Fondant (los colores que necesitéis. Yo no lo he teñido porque no tengo buenos colorantes, pero también podéis usar colorantes a vuestro gusto).

Boli comestible.

Pegamento comestible (o podéis ponerle buttercream, mantequilla de cacahuete o nocilla... cogerá sabor, pero quizá os interesa paliar un poco el sabor del fondant. A vuestro gusto).

Preparación:

Primero hacemos la masa de las galletas y con el cortador que queramos, hacemos la forma. Yo elegí las calabazas porque tenía muchos diseños posibles a la hora de decorar y son muy de Halloween. Mientras se hornean, preparamos el fondant. Lo estiramos con el rodillo (si se os pega mucho, podéis poner azúcar glas) para que quede finito y luego con el cortador vamos haciendo la misma forma que las galletas, pero con fondant. 

Cuando las galletas estén listas y templadas, agregamos nuestro pegamento comestible y añadimos la base de color de fondant. Los detalles los podéis hacer como queráis. El Jack lo hice con un moldeante de fondant, haciendo una línea para la boca y dos pequeñitas para las fosas nasales. Lo reseguí con el rotulador para perfilar los detalles y que se viera mejor. Los ojos son fondant negro. En el otro caso, hice dos ojos blancos y le pinte con el rotulador negro las pupilas y la boca. 

Espero que os haya gustado. Ya sé que el fondant es un poco asqueroso y prometo practicar con la glasa para traeros cositas más bonitas. Pero mientras tanto, voy defendiéndome con el fondant. Poco a poco :D. ¡Feliz Castanyada! ¡Feliz Halloween! y ¡Feliz día de todos los muertos!