Reseña: American Gods de Neil Gaiman

Hace unos meses me compré este libro, esperando leerlo pronto. Sin embargo (y como pasa casi siempre) no lo leí hasta septiembre, entre lecturas y viajes. Sin embargo, y en vez de apagarse, las ganas que tenía de leerlo habían ido aumentando con el tiempo, así que abrí las páginas de este libro con mucha ilusión. Y la verdad es que no me han decepcionado, pero tampoco me han fascinado tanto como esperaba.

Sombra ha podido soportar tres largos años en la cárcel con una simple idea en la mente: Salir y volver a abrazar a su esposa. Sin embargo, dos días antes de recibir la incondicional, le anuncian que su esposa ha muerto y así, sin esperarlo, Sombra se encuentra en la calle sin la alegría de haber salido de la prisión. En ese estado conoce a Wednesday, un extraño anciano que insiste en contratarlo. Sombra bebe su hidromiel y así, es como pasa a estar al servicio de este hombre misterioso.

Es difícil resumir un libro como American gods sin destrozarle la gracia que tiene. Gaiman crea una ambientación misteriosa que rodea a Wednesday y a todo lo que le pasa a Sombra y es en esa ambientación en la que nos introducimos con una facilidad pasmosa. Así, el autor va conduciéndonos como conduce al mismo Sombra, como si nosotros fueramos ellos. No tiene sentido resistirse, pues se disfruta mucho más de la lectura cuando esta te lleva de la mano, enseñándote lo que debe enseñarte en su momento justo.

Porque claramente esta novela está muy pensada y bien construida. Gaiman no solo juega con la mitología y personajes con los que hemos crecido, también crea esa ambientación que tanto reconocemos, pues tiene tintes del autor por todas partes y que sin embargo, nos parece tan mágica como la primera vez que leemos a Neil Gaiman (y si es la primera vez, aún mejor).  Escrita con mimo, pero sin muchas pretensiones, Gaiman juga más que con su pluma, con su narrativa. La historia se construye sola y el lector solo tiene que pasar una a una las páginas. Y aunque Gaiman aprovecha muchos personajes existentes en la mitología, les da un vuelco y los hace totalmente suyos y del lector. Así, le da un aire totalmente nuevo a la mitología y a la historia. 

Sin embargo, y aquí llega el pero del libro, Gaiman construye un castillo de naipes demasiado grande. Y aunque consigue que los "naipes" más importantes se sostengan en su sitio, algunos se desmoronan. Por supuesto, la historia principal no y aunque el final quede algo cogido por los pelos, tiene un sentido que el lector lleva viendo, sin ver, durante todo el libro. Pero algunas cosas de la historia no acaban de encajar bien y se entiende entonces porqué Gaiman ha estado cambiando tantas veces esta novela, agregando o quitando partes.

Es una gran obra, seguramente la más magnífica y grande de Gaiman y atrapa por completo al lector. Yo me sentía como una hoja que se deja llevar por la marea y sabía que no tenía que resistirme, sino realmente dejarme llevar. Creo que la lectura de este libro es mejor si la lees así, entregándote a ella. Por supuesto, la recomiendo, pese a los peros que pueda tener, pues creo que merece mucho la pena hacer el esfuerzo de leer las 500 páginas que tiene. Si os gusta la fantasía, la magia o la mitología, este es vuestro libro. Y si no... bueno, sino seguramente también.

4/5