Siempre me han gustado las distopías. Una de mis novelas preferidas es 1984 de George Orwell y gracias a él, leí otras distopías clásicas como Nosotros, Farenheit 451 o Un mundo feliz. Sin embargo, últimamente he adquirido también un interés por las utopías, no solo por el contraste que ofrecen ante las distopías, sino también por la clase de ideas que expresan. En el segundo número de la Revista Windumanoth, revista en la que colaboro, he escrito un artículo hablando sobre utopías. Así que imagináos cual fue mi alegría al descubrir que Defausta editorial publicaba Nueva Amazonia, una utopía feminista de finales del siglo XIX que, por desgracia, desconocía cuando escribí el artículo. Habéis oído bien. Utopía feminista en el siglo XIX. Suena bien, ¿verdad?
La novela de Corbett se presenta a ella misma como protagonista de la novela/ensayo utópica. Elizabeth se queda dormida leyendo una indignante opinión sobre el sufragio universal y despierta 200 años más tarde, en una Irlanda renombrada como Nueva Amazonia donde la igualdad de género ha sido alcanzada.
A través de la visión de la protagonista que, al igual que nosotros, es una recién llegada a este mundo nuevo, vamos conociendo todos los entresijos de la sociedad que construye la utopía. De esta forma, la autora muestra sus ideas de un mundo ideal y los cambios que necesita la sociedad inglesa de 1800 para adquirir una utopía como esa. En su mayoría, todos los cambios son para bien y Corbett muestra una sociedad más avanzada, más civilizada; totalmente envidiable. Pero no siempre es así y la autora aprovecha también la ocasión para mostrar defectos de esa utopía, errores que podría conducir el avance de la sociedad.
La crítica a la sociedad en la que Elizabeth Corbett vivía está presente en todas las páginas de la novela, no solo por comparación a esa sociedad utópica, sino también con el personaje de Augustus, quien representa el hombre inglés prototipo. Corbett muestra a Augustus como un personaje ridículo, estúpido, egocéntrico e inconsciente de sus propias limitaciones.
Me ha fascinado la actualidad de algunas de las ideas y concepctos de la novela. Y es que aunque muchos de los fundamentos que sostienen la sociedad de Nueva Amazonia están concebidos desde el femenismo de finales de siglo XIX, muchos otros son de rabiosa actualidad. En algunos casos, me han parecido ideas muy avanzadas al tiempo en el que Elizabeth Corbett escribió la novela.
Sin embargo, la novela peca de una sobreexposición y de un info-dump extremo. Es interesante para conocer las ideas de la autora, pero funciona mucho mejor como ensayo que como novela, pues le falla el ritmo y los personajes no son más que meros titeres para explicar las bondades de la utopía feminista creada por Corbett. Por supuesto, sí se lee como un ensayo sobre las ideas femenistas de finales del siglo XIX, resulta fascinante, pues los elementos de especulación brillan con fuerza. Pero los elementos novelescos, en cambio, resultan flojos y poco adecuados para el tono explicado en la historia.
En conclusión, Nueva Amazonia es un libro que, tomado como ensayo, puede resultar fascinante. Nos ayuda a comprender mejor la historia del feminismo y resulta un imprescindible para todos aquellos que quieran conocer utopías feministas. Un libro con un contenido fascinante, pero una forma que, ideada como novela, falla. Sin embargo, no por eso dejaría de recomendarla, sobre todo a aquellos que se interesen por el tema.
Otras reseñas:
Llama la atención muchísimo, sin ninguna duda. Lo apunto nada más que por echar un vistazo a esas ideas. Nunca he leído ninguna utopía, a pesar de que tengo el libro de Tomás Moro en casa desde hace años, así que apetece.
ResponderEliminarUn beso!!
Este no es para mi,ya que no creo que lo disfrutará. Me interesa sus ideas como ensayo como dices, pero creo que sería una lectura demasiado tediosa para mi gusto :)
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