La muerte de Ivan Ilich de Leo Tolstoi

jueves, 28 de enero de 2016



Tengo que reconocer algo vergonzoso hoy, algo que se puede intuir por comentarios que he ido diciendo en el blog y es que me dan mucho respeto los autores rusos. Sé que es una tontería, que debería lanzarme a leer los libros que quiero leer sin esta clase de pensamientos, pero la verdad es que se me hace una montaña ponerme con autores de dicho país sobretodo porque me da la sensación de que no podré profundizar tanto como todos los que, a mi alrededor, los han leído. Es quizá por eso que quise adentrarme en este mundo que a mi me parece tanto aterrador como fascinante con un libro cortito y muy interesante de, quizá, el autor más conocido de dicho país: La muerte de Ivan Ilich. Tengo que decir, además, que tanto Angela como Alex me los recomendaron y aunque el análisis exhaustivo de este último no lo pude leer al completo (pues quería una lectura sin muchas influencias) sí que pensé: "esta es una novela que necesito leer". Y heme aquí, intentando plasmar la complejidad de una obra rusa en una reseña corta. 

Tolstoi nos presenta a Ivan Ilich como cadáver. Como recuerdo de lo que fue por sus conocidos y familiares. Los comentarios, casi jocosos, de sus compañeros y, poco después, su presencia en el funeral es lo primero que vemos de esta obra. A partir de entonces, Tolstoi irá rememorando la vida de Ilich, un hombre que ha tenido todo cuanto a querido, una vida plena de logros, una família decente, unos compañeros más o menos cercanos. Y sin embargo, cuando la muerte y el dolor empiezan a acechar, Ilich empezará a contemplar todos aquellos logros como ceniza que se desvanece en el viento y el tiempo. 

La muerte es uno de los temas universales de la literatura. Muchísimas novelas, historias, obras de teatro, etc tienen la muerte como tema principal en sus obras. Es normal, pues también es un tema muy importante en nuestras vidas. Tolstoi la usa como leiv motiv en esta novela, pero no solo el miedo a la muerte que siente Ivan Ilich, sino también todo lo que eso nos hace reflexionar. El protagonista no tiene una muerte accidental o rápida, sino que poco a poco va consumiéndose y en esa lentitud, puede procesar lo que le está pasando. Supera lo que se llaman las cinco etapas del duelo según el modelo de Kübler-Ross: Negación, ira, negociación, depresión, aceptación. A través de este proceso, Ivan Ilich va alejandose poco a poco del que una vez fue, de todo lo que una vez aceptó y a partir de esa distancia, podemos conocer el contraste entre la sociedad en la que vive y que había aceptado hasta la enfermedad que lo asola y él mismo, después de reflexionar. La enfermedad le quita la máscara a lo que él creía que era una vida estable, perfecta y envidiable y descubre la podredumbre que se esconde detrás del perfume. 

Tolstoi explora no solo el enfrentamiento a la muerte de aquel que poco a poco va dándose cuenta que va a morir, algo que no nos pilla por sorpresa si hemos leído el título o el primer capítulo: Todos sabemos que Ivan Ilich va a morir, la cuestión es como él poco a poco va sabiéndolo también, aceptándolo y como eso cambia las convicciones que había tenido durante toda su existencia. A través de una prosa maravillosa y cercana, Tolstoi se mete en la piel de este personaje (en un estilo indirecto libre claro) y nos habla como si fuera él, aunque con el punto de vista claro del autor criticando en las sombras. La creación de un personaje que se sostiene a la perfección y que va cambiando, evolucionando a nuestros ojos, pues ahí reside la gracia de la novela, en dicha evolución tan bien plasmada por Tolstoi.

No hagáis como yo. Dejad los miedos atrás, porque la literatura rusa es tan fascinante como parece. Y si os da cierto respeto adentraros en la cantidad de títulos y de tochos (por que aceptémoslo, a los rusos les encanta escribir mucho), siempre podéis empezar con Ivan Ilich. A mi al menos, me han dado ganas de seguir descubriendo este autor.

21 comentarios :

  1. De vergüenza nada, me pasa exactamente como a tí! Tengo Ana Karenina en mi estantería desde hace casi un año y aun no me he animado con él, y no por falta de ganas! Al contrario...pero esque me impone un poco...a ver si lío a alguien para que lo lea conmigo, así parece que da menos miedo! Un beso!

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    1. Yo lo tengo desde hace más de un año, de hecho xD. Me lo regalaron a finales de enero del año pasado y ahí está, cogiendo polvo. Espero ponerme con él de una vez, que ya toca.
      A mi me impone también, los rusos en general lo hacen, pero tengo ganas de conocer un poco mejor esa literatura.

      ¡Un beso!

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  2. De vergüenza nada, me pasa exactamente como a tí! Tengo Ana Karenina en mi estantería desde hace casi un año y aun no me he animado con él, y no por falta de ganas! Al contrario...pero esque me impone un poco...a ver si lío a alguien para que lo lea conmigo, así parece que da menos miedo! Un beso!

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  3. Pues que quieres que te diga, a mi siempre me han dado también bastante respeto... pero nada más empezar el año me puse con Guerra y paz, también de Tolstoi,y creo que lo estoy perdiendo, porque menuda maravilla de libro!! Me apunto éste, que tiene también pintaza, y eso, a perderle el miedo a los rusos y a leerlos todos!!

    Besooos!!

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    1. Vale, veo que no soy la única a la que los rusos le dan cierto respeto. ¿Guerra y paz te está gustando? Yo quería leerlo también, por el Club Pickwick, pero es que no me da la vida de tantas lecturas pendientes que tengo jajaja. Creo que primero me pondré con Anna Karenina, por eso, que para algo lo tengo.

      ¡Un beso!

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  4. El respeto a los rusos me parece más que justificado. Eso sí, yo iba cagado con G&P y al final hasta me sorprendí de lo... normal que era. Eso sí, después de mil quinientas páginas con Tolstói, creo que me voy a tomar un tiempo antes de volver a coger nada suyo.

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    1. Es que todos mis amigos lectores me dicen que los lea, pero ahí estoy yo, sin atreverme mucho. Me leí tu reseña de Guerra y paz y me entraron muchas ganas de leerlo y aunque primero seguramente me ponga con Anna Karenina, por el hecho de que lo tengo y GyP no, algún día me atreveré con el tocho de Tolstoi.

      ¡Un beso!

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  5. ¡Hola!:D
    Yo no sé porque razón exactamente pero reconozco que tampoco he leído autores rusos, anoto esta novela corta para animarme cuando pueda *-* gracias por la reseña^^

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    1. ¡Hola!
      Bueno, los autores rusos tienen una fama (merecida). Espero que te animes con Tolstoi, tengo ganas de leer más cositas suyas, pero estoy segura de que este libro podría gustar a cualquier amante de los clásicos :)

      ¡Un beso!

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  6. Yo leí a este buen hombre con Guerra y Paz y dije.. no más x)
    lo siento, pero los rusos no son para mí, ya me pasó con Crimen y Castigo y Karenina, que acabé HARTA x)
    un beesote

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    1. Una pena que no te gustara Tolstoi, creo que merece una segunda oportunidad, aunque ya si no te han gustado ninguno de esos tres, mejor que no.

      ¡Un beso!

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  7. Oh, no tenía apuntado este libro. *O*
    Por mi parte, sí me fascina la literatura rusa. Leí Anna Karenina y quedé más que encantada. No niego que me asusta, pero una vez superado ese miedo, consigo disfrutar de unas grandes lecturas. Pero, ¡te entiendo! :) Adoro al gran Dostoyevky (nunca sé escribir su nombre correctamente). *___* Y nada, a ver cuándo leeré este libro. :3
    Un besito.

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    1. Tengo Anna Karenina en la estantería y aún no lo he leído. Lo peor es que presiento que me gustará, así que no sé porqué no lo he leído aún (bueno, sí sé porqué: Me da cierta cosa ponerme con tamaño tocho xD). Dostoievsky es otro de mis grandes pendientes (tranqui, todo el mundo lo escribe diferente xD) y después de leer a Tolstoi, seguramente siga con Dostoievsky.

      ¡Un beso!

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  8. Me alegro mucho de que te haya gustado tanto. En cierto modo sabía y esperaba que así fuera =) A mí también me lo recomendaron en su día (en el apartado que tengo en el blog para ello. Sí, ése que nadie usa). A hora siento como que el círculo está cerrado... ¡así que te toca a ti recomendarlo! ♥

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    1. Lo tenía pendiente desde que me lo recomendaste (aunque no te lo creas, me fío de todas tus recomendaciones) y lo iba aplazando y aplazando interminablemente. Mal, muy mal. Pero bueno, ahora que ya he empezado, espero no parar con los clásicos rusos :)

      ¡Un beso!

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  9. El problema del libro es que, presumiblemente, nos hará despertar, para poco después consumirse la llama. Nos olvidamos y preferimos pensar que la muerte (algo lejano, algo sobre lo que no hay que pensar más de un segundo, algo abstracto y que situamos fuera de nosotros mismos) rondará a "Cayo", y que en ningún modo la enfermedad o la desgracia caerán sobre nosotros. «Todos hemos de morir», eso es obvio, es lógico. Pero «Yo voy a morir, y puede ser en cualquier momento y de cualquier forma», esa idea, siendo también totalmente lógica, es repelida completamente por nuestra personalidad, que se cree única y protagonista de la vida. ¿Cómo van a permitir nuestras ambiciones y morbosas fantasías que su protagonista –nosotros mismos– muera? Ninguna vanidad lo permitiría, por pequeña que fuera.

    «El silogismo aprendido en la Lógica de Kiezewetter:
    “Cayo es un ser humano, los seres humanos son mortales, por consiguiente Cayo es mortal”, le había parecido legítimo únicamente en relación a Cayo, pero de ninguna manera con relación a sí mismo. Que Cayo –ser humano en abstracto– fuese mortal le parecía enteramente justo; pero él no era Cayo, ni era un hombre abstracto, sino un hombre concreto, una criatura distinta de todas las demás. (...) Cayo era efectivamente mortal y era justo que muriese, pero “en mi caso –se decía–, en el caso de Vanya, de Ivan Ilich, con todas mis ideas y emociones, la cosa es bien distinta. Y no es posible que tenga que morirme. Eso sería demasiado horrible”.»

    Pero lo dices con toda claridad en tu análisis:

    «La enfermedad le quita la máscara a lo que él creía que era una vida estable, perfecta y envidiable y descubre la podredumbre que se esconde detrás del perfume.»

    ¿No es necesaria la desgracia, necesaria precisamente como único medio para despertar, para hacer añicos la «máscara»? Yo creo que sí, y este libro genial nos lo demuestra en todas esas profundas reflexiones y en cada emotiva imagen (el buen Gerasim...).

    Me alegra mucho que te hayas lanzado a por Tolstói y que te haya gustado esta, una de sus obras más destacadas. Además, yo creo que es bastante sencillo de leer; mucho más, por ejemplo, que Stendhal (& XIX french company...)

    ¡A ver qué tal con Dostoievski! ;)

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    1. Al final acabamos cayendo en la misma trampa que cae Ivan al principio: Asumimos que la muerte no puede tocarnos a nosotros, aunque a nuestro alrededor la veamos diariamente. Es algo lejano, exterior a nosotros y por lo tanto, no nos toca.
      Creo, sin embargo, que eso cambia cuando sí nos toca, cuando muere alguien cercano y nos damos cuenta de la facilidad con la que eso pasa, con la que el cuerpo humano es capaz de morir. Ese momento creo que es vital, que compartimos con el Ivan que se da cuenta de que está apunto de morir, de que él también es Cayo.

      Eso sí, siempre hay la desgracia antes del momento de revelación. Es esa desgracia la que nos ayuda a despertar de la sensación de inmortalidad que tenemos de jóvenes.

      ¡Un saludo! Y muchísimas gracias por pasarte a comentar (y además, un comentario tan largo y elaborado como lo son siempre los tuyos :D).

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  10. este tolstói si que lo quiero leer :) tengo anna karenina asi que tela

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    1. Creo que todos tenemos Anna Karenina pendiente (o lo hemos leído ya xD). Yo, por mi parte, tengo que ponerme con ella pronto, pero es tan tocho y tengo tantos libros por leer, que nunca me decido a empezarlo. Seguro que una vez lo haga, me fascina.

      ¡Un beso!

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  11. Dios, con qué ganas me dejas de hacerme con este libro >.<
    A mi "Anna Karenina" me enamoró por completo y no es un clásico nada denso, ahora estoy con "Guerra y paz" y aunque puede costar un poquito más también me está gustando mucho :D
    Un bsote!

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    1. Creo que te encantaría, Magrat. Es exactamente el tipo de libro que fascina con solo 200 páginas. Y más ahora que estáis leyendo Guerra y paz. Me gustaría leerlo algún día, a ver si me animo.

      ¡Un beso!

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