Reseña: Grandes esperanzas de Charles Dickens

Hace tiempo os mostré la adquisición de este libro; aunque llegó un poco demasiado tarde para poderlo leer para el mes dedicado a Dickens, lo guardé para estrenarlo pronto. Aprovechando la lectura conjunta de Sileny, me animé a leerlo en marzo (aunque no llegué a tiempo para el 16, lo acabé hace ya unos días). La verdad es que después de Historia de dos ciudades, tenía el hype del autor muy alto y es por eso que, en parte, no he disfrutado tanto como esperaba de la novela. Pero no nos adelantemos, vayamos por la reseña:

Pip, un joven huérfano que vive con su hermana y su marido, tiene un encuentro que él narra como terrorífico en el cementerio: Su encontronazo con un preso evadido lo asusta tanto que, pese a las consecuencias que pueda acarrear, decide ayudarlo dándole comida. Poco después de este episodio, es mandado llamar a la casa de una gran señora. Ahí es cuando no solo conocerá la diferencia de clases, para él existente hasta entonces, sino también la desolación que puede llegar a sufrir una persona.

Dickens es un maestro de la narración y eso es algo innegable. No solo, por supuesto, porque cada detalle que coloca con cuidado en la trama es un hilo con el que acaba tejiendo toda la historia (un hilo imprescindible siempre, aunque al principio pueda parecer innecesario para el lector). Sabe tejer toda una red alrededor de los personajes, tan bien caracterizados como solo un maestro sabe hacer, y desarrollarla poco a poco para mantener en vilo al lector.

Podemos encontrar todo esto en Grandes esperanzas. La historia gira entorno la vida de Pip y así encontramos que Pip es el personaje más elaborado, pero no el único. Y aunque parece que la vida rezuma de él, pues encontramos un personaje lleno de claro oscuros, tal cual como alguien real, el personaje en sí no acaba de llegar al lector, sino que son el resto los que le dan verdadero atractivo.

La historia en sí tiene altibajos. El principio y el final mantienen la tensión adecuada para el lector, pero en las páginas centrales esa atención se descentra y puede llegar a resultar, en algunos fragmentos, tediosa. Sin embargo y aunque esta atención no se mantiene, la calidad literaria de Dickens sí es constante en toda la obra.

No puedo hablaros de la pluma de Dickens excepto para hablaros de la calidad y la perfección que rezuman. A alguien a quien no le guste este tipo de narración más descriptiva y detallada le puede resultar aburrida o densa, pero para mi es preciosa y elaborada y suficiente motivo para leer cualquier libro del autor. No es que el libro en sí haya resultado aburrido, pese a sus altibajos, me ha gustado, pero una gran parte de esta estima viene de la calidad literaria (como ya os he dicho, no solo la pluma, sino también la creación de personajes o de la trama).

En resumen: Quizá no es el mejor libro de Dickens y después de haber leído Historia de dos ciudades, que logró hacer temblar mi corazón, este me ha sabido a poco. Pero por supuesto, es un poco con sabor a Dickens y eso ya es mucho. No os recomiendo que empecéis con él si queréis adentraros en el autor, porque creo que tiene mejores títulos. Sin embargo, y pese a la leve decepción (decepción que no amarga el buen sabor que me ha dejado la obra), tengo más ganas que nunca de leer libros del autor.

4/5*

*Si estuviera comparando Grandes esperanzas con el resto que he leído de Dickens, tendría un 3,5, pero comparándolo con la literatura en general, creo que merece algo más.