Una de las tendencias que veo últimamente en algunas editoriales es el
rescate (y reedición) de algunos de los mejores clásicos del género. Sin
límites se encargó de ello durante unos meses (aunque ya no sigan publicando
libros de esta línea, lo cual es una pena) y recuperó, con portadas preciosas,
libros como El juego de Ender o Vencer al dragón. Su última publicación fue
este libro y solo por la preciosa portada de Marina Vidal, ya no pude
resistirme a comprarlo (soy #marimber, es lo que tiene). Sin embargo, el libro
no ha resultado ser aquello que me esperaba.
Cuando Thorby es subastado y comprado por Baslim, un mendigo de una galaxia
lejana, imaginó que su nuevo dueño sería como los anteriores. Sin embargo,
pronto Baslim se convierte en un padre adoptivo para el niño, enseñándole toda
clase de materias. Tras la máscara de mendigo, Thorby descubre que su padre
adoptivo es mucho más que eso. Cuando las autoridades lo persigan, Thorby viajará
por toda la galaxia.
Ciudadano de la galaxia se vende como un libro de aventuras espaciales en
las que el protagonista va creciendo. Y eso es lo que da. Sin embargo, Heinlein
no ahonda bien en esto y al final queda una obra superficial, casi
inconsistente. El libro puede dividirse en varias etapas del viaje de Thorby,
pero en ninguna de ellas se profundiza suficiente como para satisfacer al
lector. Al contrario, las pinceladas de ambientación que deja entrever empiezan
a interesarlo justo cuando la trama da un giro hacia otra ambientación. Esto
viene sumado al hecho de que esta aventura tampoco llega a ser extremadamente
entretenida o pasa páginas: el libro se lee bien, pero no tiene un buen ritmo,
de forma que pierde intensidad.
El libro es el prototipo de viaje del héroe, en el que el protagonista
tendrá que recorrer parte de la galaxia para evolucionar como personaje y en la
que su maestro (Baslim) se muestra como una figura inspiradora durante todo
este viaje. Heinlein no aporta nada original a esta fórmula y por eso da una
sensación de deja vu que no ayuda a
la aventura.
Heinlein tiene muy buenas ideas, algunas que explota más o menos, pero al
final todo el libro está dirigido hacia el mensaje anti-esclavista (y, quiero pensar,
anti-racista) que domina toda la trama. Algunas de estas ideas habría sido
interesante desarrollarlas más o hasta crear una nueva historia basada en
ellas, pero en general es un libro que se hace entretenido, pero insustancial.
En conclusión, Ciudadano de la galaxia es un libro que no ha envejecido
bien. Puedo entender el porqué del éxito de Heinlein como autor, pues tiene
buenas ideas y sabe ambientar bien sus historias. Sin embargo, el mensaje ahora
queda algo descolocado y la falta de originalidad y profundidad juegan en su
contra.
Otras reseñas:
El blog de Wendy
Fabulantes
Otras reseñas:
El blog de Wendy
Fabulantes
Le tengo muchas muchas ganas igualmente =)
ResponderEliminarBesotes
Pues vaya, le tenía echado el ojo porque además es una preciosidad, pero creo que con lo que has dicho me lo voy a pensar mejor.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Hola!
ResponderEliminarEn esta ocasión no me lo llevo, probablemente en su época fuera más interesante y ahora ya estemos algo cansados de esta línea de historia si no añade algo nuevo.
Besos!
¡Hola!
ResponderEliminarAyy que pena, desde luego que esta editorial ha hecho un gran trabajo a la hora de rescatar algunos clásicos, porque las portadas es que son preciosas.
No es la primera reseña no tan entusiasta que leo de Ciudadano de la galaxia, y por eso creo que lo dejaré pasar. Si no envejece bien, pues no envejece bien.
¡besos!