No me acaba de gustar la novela histórica. Esto es algo que ya he comentado
en algún momento en el blog (creo), pero normalmente estas historias se me
hacen algo pesadas. Sin embargo, las novelas de David B. Gil son una grata excepción.
Ya me pasó con El guerrero a la sombra del cerezo, libro que reseñé aquí y que
disfruté como una enana y me ha vuelto a pasar con Ocho Millones de Dioses.
El padre Ayala Martín debe volver a Japón, país que había creído que no
volvería a pisar, para investigar unos crímenes sucedidos en las misiones de
sus hermanos. Así, deberá recorrer el país, buscando pistas que lo lleven hacia
el fondo del problema. Con él viajará Kudo Kenjiro, el hijo de un samurái de
zona rural que se dedica a labrar el campo, que hará de guardaspaldas para el
cristiano. Mientras, a sus espaldas, se va desarrollando una trama política
que, inevitablemente, acabará salpicándolos.
Me parece muy interesante el giro que ha decidido darle David B. Gil a esta
novela. Habría sido muy fácil repetir la fórmula que tan bien funcionó con El
guerrero a la sombra de cerezo, pero en este caso se aleja de las intrigas de samuráis
y nos presenta un personaje español, ajeno al país, pero que a su vez conoce la
lengua y las tradiciones suficientemente bien como para mezclarse con los
japoneses. Me parece muy interesante esta elección y aunque Ayala no destaca
como un personaje original, es uno del cual apetece leer.
Su contrapunto es Kenjiro. Y sin duda, uno de los puntos fuertes de la
novela, por no decir el que más, es la relación que tienen ambos. La dinámica
que se crea y la forma en la que tienen de influenciarse mutuamente hace crecer
a ambos personajes y uno de los mayores placeres durante la lectura del libro
fue ver como ambos hablaban, dialogaban
y se relacionan. La teología es un tema que se va repitiendo en la historia y que
Gil sabe plasmar muy bien en dos opiniones muy distintas pero que se acaban
encontrando. Como único pero a esto, diré que Kenjiro no me pareció para nada
un personaje joven y sin experiencia como nos lo presentan al principio.
Pero aunque el peso del libro lo lleven los dos personajes principales y
sus interacciones entre ellos y el resto de mundo que los rodea, la trama
subyacente es también interesante. Sí es verdad que de vez en cuando el libro
tiene problemas de ritmo y algunos capítulos que no se centran en Ayala y
Kenjiro se hacen más lentos de leer, pero en general el libro está equilibrado,
por lo que desde el principio te engancha y ya no puedes dejar de leer.
Como ya dije en la reseña de El guerrero a la sombra del cerezo, este es un
libro histórico, pero también un libro de aventuras. Así, el autor sabe manejar
bien los diferentes elementos (ninjas, samuráis, daimyos, una guerra en ciernes,
un clan secreto y asesinatos en serie, entre otros), sin convertir la historia
en un monstruo de Frankenstein, mas al contrario: consigue crear un puzle en el
que todo está conectado.
Y de nuevo, el estilo de David B. Gil es impecable. Se nota que es un autor
que sabe mucho de Japón y de su historia, pues logra ambientar a la perfección
la novela. Es interesante también como ha unido un momento histórico con
personajes inventados y personajes que realmente existieron. Pero es que
además, y como ya he dicho, el peso del libro recae en los dos personajes
principales y David B. Gil logra transmitir sus pensamientos, sensaciones y
diálogos a la perfección, de manera que el lector acaba sintiéndose unido a ambos.
En conclusión, David B. Gil lo ha vuelto a hacer. Esta es una novela para
aquellos amantes de Japón y aquellos que les guste la novela histórica. Pero si
no os gusta la novela histórica, igualmente os animo a echarle un vistazo a este
libro. Me decía LJ Salart por Twitter que Ocho
millones de dioses es una novela de género sin ser de género. Y la verdad es
que esta es una frase que describe a la perfección la historia que hay entre
las páginas de este libro: una novela de samuráis, de shoguns, de monjes, todo
eso ambientado en un Japón que casi parece de fantasía.
Otras reseñas:
He escuchado tantas cosas buenas de este autor que me encantaria leer sus libros. Lo tendré muy en mente ♥
ResponderEliminarLa verdad es que, como fanática del Japón, son libros muy guays. Sí es verdad que te tiene que gustar la novela histórica o de aventuras, pero si te mola, adelante, que se lee super rápido y es muuuuy entretenida.
Eliminar¡Un beso!
No lo conocía, pero me lo llevo apuntado, creo que podría gustarme.
ResponderEliminarBesotes
Si te gusta Japón o la novela histórica, no te lo pierdas! Igual que su anterior libro, El guerrero a la sombra del cerezo. Los dos son muy recomendables :)
Eliminar¡Un beso!
Un libro bien escrito y perfectamente documentado. El autor realiza un alarde de conocimientos sobre Japón que resulta extraordinario. La trama se desarrolla bien y la acción discurre con normalidad, con algunos intermedios temporales necesarios. Quizá otros estén fuera de contexto a mi modesto entender. Una obra que se lee bien y rápidamente a pesar de su extensión. Si hay que poner algún reparo, y siempre desde la crítica constructiva, entiendo que el personaje principal bebe de muchos estereotipos y no tiene una personalidad demasiado definida. Por otro lado, los crímenes que sirven de hilo conductor quedan resueltos parcialmente y de modo algo inconsistente. Quizá el autor pensó que el baño de cultura japonesa merecía mayor atención que los crímenes en sí. Un saludo.
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