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Cinco años leyendo autoras: #Leoautorasoct 2020

miércoles, 30 de septiembre de 2020


Un octubre más y un año más en el que organizamos el #LeoAutorasOct. Esta iniciativa surgió casi de casualidad, en una conversación de Twitter, y cada año me asombra más como va creciendo y creciendo. Cada vez sois más los que os unís, cada vez son más las iniciativas que surgen gracias al #LeoAutorasOct. Por desgracia, este 2020 ha sido un año en el que he estado poco activa en el blog, seguro que lo habéis notado, pero pese a eso y pese a que llevo un par de meses con una crisis lectora bastante seria, no he querido perderme la iniciativa. Así que tarde y justo, pero aquí están los libros que quiero leer este #LeoAutorasOct.

A diferencia de años anteriores, he querido intentar cumplir el bingo que hemos organizado para este octubre. No están todas las categorías representadas (me falta la de leer un poemario y la de un libro sobre salud mental), pero no me da la vida para más. Aún así, echadle un vistazo a las categorías del bingo y a la entrada que hicimos en el blog de #LeoAutorasOct, por si queréis participar vosotros también. 


Y sin más dilación, por aquí los libros que voy a leer este año:

I.D. de Emma Ríos (Astiberri ediciones)

Para la categoría de "autora de mi país" y también "obra de menos de 100 páginas" he elegido este cómic cortito de Emma Ríos. El tema de la identidad y de como nos vemos a nosotros mismos en clave de ciencia ficción. Después de haber leído Mirror (aún tengo pendiente leer la segunda parte) y Pretty Deadly, tengo muchas ganas de seguir leyendo cosas de Emma Ríos y está claro que este cómic da justo en la nota de lo que me gusta. Ya contaré.

Autonomous de Annalee Newitz (Minotauro)

Hace tiempo empecé a leer el libro y me estaba gustando mucho, pero por temas que ahora no recuerdo, tuve que dejar la lectura aparcada. Es de esos libros que me da cierta pereza volver a coger (ya que debería releer todo el principio), pero el #LeoAutorasOct me ha parecido una iniciativa ideal para darle otra oportunidad. Este libro cumple la categoría de libro sobre ciencia. Traduce Alexander Páez.

La llum de les fondàries de Frances Hardinge (Editorial Bambú)

Para la categoría de literatura juvenil, quería leer a una autora que tengo MUY pendiente. Justo coincide con la publicación reciente de este libro, que me llama mucho la atención (dioses marinos, una fantasía oscura... a tope con ello). Lo voy a leer en catalán, además, que me apetece bastante leer algo en ese idioma, pero también está la versión en español disponible (misma ilustración, misma editorial). La verdad es que tiene muy buena pinta. Traducción de Xavier Pàmies.

Mi enemigo mortal de Willa Cather (Alba editorial)

Las mudanzas sirven, además de para minarte las fuerzas y las ganas de leer, para darte cuenta (en horror, normalmente), de la cantidad de libros que tienes. En mi caso, me ha servido también para visualizar cuantos libros pendientes tengo, muchos de ellos en la pila desde hace años. Mi intención para los próximos meses es la de bajar la pila y Mi enemigo mortal, en mi biblioteca desde 2015, es un buen comienzo. Ideal para la categoría de libro de género que no suelo leer. Traducción de Gema Moral Bartolomé.

Dos pieles de VVAA (Pulpture)

Las antologías de Pulpture siempre me llaman la atención y Dos pieles no iba a ser menos. Todos los relatos han sido premiados y por autoras que no he leído aún. Una de las cosas que más me gusta de los relatos (y de estas antologías en concreto) es que me permiten conocer escritoras que, quizá en otras circunstancias, no habría podido leer. Así que gracias a las iniciativas que traducen relatos y gracias a Pulpture por traer antologías tan interesantes. Este libro cumple la categoría de autora negra. Traducción de Sofía Barker.

Cetaganda de Lois McMaster Bujold (Ediciones B)

No me he podido resistir a añadir un libro de Bujold en la lista, aunque no cumple con ninguna categoría. La quinta parte de la historia de Miles Vorkosigan, que espero que mantenga el nivel de las otras cuatro. La verdad es que Bujold escribe una literatura muy amena, pero también interesante y con temas que me llaman mucho la atención. Estoy segura de que será una lectura genial. Traduce Márgara Averbach.

Hasta aquí mis lecturas para este #LeoAutorasOct. ¿Qué vais a leer vosotros? Contadme.

Otras entradas de la iniciativa:

Boy with Letters

Mary Barton de Elizabeth Gaskell

martes, 30 de agosto de 2016



¿No os pasa que hay autores a los que retornáis como quien vuelve a casa? ¿Autores con los que os sentís cómodos, bien, a gusto? Es curioso este fenómeno, porque a veces pasa por muy pocas obras del autor que hayas leído y para mi, Elizabeth Gaskell es una de las pocas con las que me siento así (Banana Yoshimoto, Jane Austen, Amelie Nothomb, Yasunari Kawabata, etc) y por eso cuando estoy alicaída o tengo ganas de abandonarme a una buena lectura, me parece una excelente opción de lectura. Y al tener Mary Barton pendiente en casa, no pude desaprovechar la ocasión para volver a casa.

Nos encontramos en Manchester, una ciudad donde la Revolución Industrial se ha vivido con mucha fuerza y donde los señores de las fábricas conviven con los trabajadores. La historia se centra en dos familias de obreros, los Barton por un lado (Mary y su padre John) y los Wilson por otro. El libro empieza mostrándonos la terrible desolación que se instala en casa de los Barton al morir la madre de Mary y su padre, dispuesto a darle una buena vida a su hija alejada de las fábricas, le busca un trabajo como aprendiz de costurera. La belleza de Mary Barton llamará la atención de varios pretendientes y Mary se verá en la diatriba de tener que elegir entre dos de ellos.

Y aunque hay una historia de amor latente en este libro, con la protagonista que da nombre al libro, Elizabeth Gaskell no quería centrarse en ella y es más bien un añadido a la crítica social que predomina en esta obra. El hecho de que Mary Barton tenga que elegir entre Jem Wilson, un buen chico que la ama con todo su corazón pero que no puede darle un futuro brillante y un hijo de un fabricante, adinerado pero sin un amor mutuo, da a entender cual es el tono de la novela. Y es que lejos de esas historias de brillante felicidad rural como Cranford o Hijas y esposas, Mary Barton tiene un claro tono melancólico y oscuro.

La lucha social de los obreros contra los dueños de las fábricas no está tan presente como en Norte y sur, pero también forma parte de la ambientación de esta historia. En Mary Barton sin embargo vemos los efectos de esta lucha y vemos como hasta la mejor persona puede poco a poco ennegrecer su corazón ante la injusticia social. Este planteamiento me ha parecido extremadamente interesante, sobretodo teniendo en cuenta que Gaskell intenta siempre ver ambos puntos de vista, pero sobretodo ponerse en la piel de los obreros del norte de Inglaterra a mediados de siglo XIX.

Este tema se pierde un poco hacia la segunda mitad del libro, donde la relación de Mary Barton con sus pretendientes coge más fuerza y en la que la protagonista también tiene más representación en el papel. Es entonces cuando vemos las dudas entre lo correcto y lo incorrecto, entre el deber filial y el deber romántico. El crecimiento personal de Mary es otro de los leiv motiv del libro y es el que tiene especial relevancia hacia el final del libro, donde la lucha de John Barton y de los obreros pierde fuelle. 

Esta novela tiene un tono más dramático que otros de la autora y tiene una cierta similitud a otras obras de Dickens en las que la miseria, la tristeza, el hambre y la injusticia predominan sobre el amor o la tranquilidad rural. Gaskell logra meterse perfectamente en la piel de sus personajes y nos transmite la dureza de la vida en las ciudades industriales. Al estar ambientada en la misma ciudad en la que vivió Gaskell, la riqueza de detalles que rodean a la novela es fantástica. 

Se trata de la primera obra de la autora y eso se nota. El hecho de que la lucha de clases pierda importancia a medida que avanza la trama hacen que el libro pierda bastante y Gaskell se ampara en una religiosidad para explicar o justificar a un bando a otro, sin llegar a decidirse por ninguno. Sin embargo y pese a todo eso, el libro representa maravillosamente el movimiento social de la época y nos transmite unas sensaciones de una forma magistral. Mary Barton es una especie de antecesora de Norte y Sur y los pequeños fallos que vemos en esta se ven arreglados en la siguiente. Pero si ya habéis leído otras obras de la autora, seguro que disfrutáis de Mary Barton como yo. 

Mansfield Park de Jane Austen

miércoles, 8 de junio de 2016



Leer a Jane Austen siempre es como reencontrarse con una vieja amiga. En este caso, y gracias al Club Pickwick, me lancé a la relectura de Mansfield Park esperando encontrar una trama que ya conocía y unos personajes que me eran familiares. Sin embargo, y como pasa con todas las relecturas, he descubierto detalles y facetas de esta novela que pasé por alto en la primera lectura.

Fanny Price es una joven de una familia relativamente pobre, va a vivir a casa de sus tíos en Mansfield Park. Ahí Fanny crece junto con sus tíos y sus primos y conoce de primera mano una vida más acomodada de la que nunca habría visto en su antiguo hogar. Sin embargo, no recibe una bienvenida cálida por ninguno de ellos excepto por Edmund Bertram, su primo y su único amigo. Cuando tiene dieciséis años, la vida familiar de los Bertram cambiará ante la aparición de unos nuevos inquilinos, los Crawford en la bicaría del pueblo.

La complejidad de Mansfield Park está, lejos de lo que dice la opinión popular, a la altura del resto de obras de Austen y es que en esta nos muestra una cara más melancólica y más dulce de la sociedad en la que vivía, sin perder por ello el tono de ironía que caracteriza a la autora. A través de los ojos de Fanny Price vemos de nuevo el contraste entre clases sociales de las que Austen habla constantemente, pero esta vez suavizado para la propia Fanny, que pese a venir de una familia pobre, crece en un ambiente de clase social alta. Sin embargo, la frialdad y superioridad con la que toda su familia trata a Fanny deja entrever este contraste.

Por otro lado, los Crawford ofrecen un punto de vista totalmente diferente, con muchos más matices que la bondad casi ciega de Fanny y Edmund. Las personalidades de Henry y Mary me parecieron detestables en la primera lectura y sin embargo le he encontrado muchísimos atractivos en esta segunda, sobretodo Mary. Ambos personajes evolucionan, cambian durante la historia y muestran contradicciones que los hace parecer muy vivos. Su trama amorosa con Edmund, su capacidad para criticar y pensar más allá de lo establecido, hacen de ella un personaje muy interesante y el que le da más vida a la novela.

Esta es, por supuesto, una novela de personajes y en este caso es aún más vigente esta importancia que Austen le da a sus personajes y podemos ver todo un abanico de ellos. La trama, por lo tanto, está mucho más difuminada y eso no significa que sea un libro aburrido o lento (aunque a muchos les parecerá que sí) pues al coger tanto peso los personajes, podemos ver como ellos, vivir como ellos, sentirlos. Austen logra esta conexión personal en todas sus novelas y Mansfield Park no es una excepción.

Y por supuesto, la narrativa. Esa frescura que tiene Austen, con ese toque irónico en sus personajes histriónicos y su forma de narrar que toca muchas veces el tono sarcástico, hacen de esta novela una delicia. La recomiendo, igual que recomiendo a cualquier otra de Jane Austen, porque la crítica social, la complejidad que tienen sus personajes y su capacidad para adueñarse del corazón del lector y obligar a que sienta y viva la novela, es una capacidad que sigue intacta después de 200 años.