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Cuentos desde el otro lado de varios autores

jueves, 16 de febrero de 2017



Una de las editoriales que más colaboró y expandió el #LeoAutorasOct, por no decir la que más, fue Nevsky libros. Hicieron ofertas para los que quisieran comprar libros de autoras de su catálogo, hicieron promoción de la iniciativa y, allá por la misma época (aunque creo que eso fue más casualidad) sacaron esta antología, Cuentos desde el otro lado. La antóloga es Concepción Perea y en el libro podemos leer a muchas autoras, por lo que era un libro ideal para sacar en octubre. Y aunque estuve dudando mucho entre comprarme este o uno de Starobinets, al final me decanté por la antología, pues siempre apetece leer relatos.

Dejadme caer en el tópico de decir que todas las antologías son siempre irregulares: Que es muy difícil que todos los cuentos gusten al lector, sobre todo cuando son antologías que unen a autores tan diferentes entre sí y con estilos tan variados. Cuentos desde el otro lado reúne muchos de los escritores de género españoles actuales y conseguir una línea de unión con tanta gente es difícil. Aunque la antología hable del "new weird" o la literatura extraña, es un género tan amplio y tan subjetivo que cada autor lo ha interpretado a su manera y por lo tanto tenemos relatos que parecen más de ciencia ficción, otros más de fantasía urbana y otros que casi no parecen de género. El subtitulo, el hecho de que sea una antología de "new weird" es una arma de doble filo. Por un lado le da variedad a la antología, pero por otro le quita cohesión y al final quedan relatos sueltos que no acabas de entender porqué están en la antología.

Una selección tan amplia de relatos tiene que tener, por la fuerza, puntos débiles, relatos que no brillen tanto como otros. Pero también tiene relatos que apasionan como el de Guillem López o el de Juan Cuadra o relatos que increíbles como los de María Zaragoza, Cristina Jurado, Susana Vallejo o Marc Pastor. Sin embargo, otros relatos no me han acabado de convencer o, directamente, no me han parecido que siguieran la línea de lo que me esperaba que fuera la antología. Al final, cada relato tiene su propia personalidad y su propio género y aunque se echa de menos una regularidad en la calidad de los relatos, es divertido ir descubriendo como cada autor ha interpretado la temática de la antología.

En conclusión, para mi es una antología irregular, pero a su vez, creo que es una apuesta interesante y que se debería hacer más en el mercado editorial español. El unir varios escritores de relatos, el hacer antologías con un tema o género en mente y unir autores ya conocidos con autores que aún están haciendo su hueco en el género español... no solo es importante, sino también muy necesario y que haya editoriales como Nevsky haciendo ese paso es una muy buena noticia.

Otras reseñas de este libro:
Sagacomic
Dreams of Elvex
Donde acaba el infinito

El vivo de Anna Starobinets

lunes, 24 de octubre de 2016



Este #LeoAutorasOct (y digo este porque espero que se hagan muchos más) me está dando a conocer muchas autoras de las que había oído hablar incansablemente, pero aún no había conocido. Anna Starobinets es quizá la que más me ha fascinado y desde que leí a finales de setiembre Una edad difícil que estoy fascinada. Por eso no dudé, en cuando vi El vivo en la biblioteca, de atreverme con su novela más conocida. Espero que después de la reseña, os animéis vosotros también a leer esta autora, que lo merece.

"El número de El Vivo es invariable. El Vivo son tres mil millones de vivos. Ni uno mengua de Él, y ni uno se añade a Él, pues en la regeneración eterna está encerrado..."

Aunque el libro no empieza así, esta es una frase que tanto el lector como los personajes del libro conocen a la perfección. El dogma sobre el que se basa la sociedad de El Vivo, en la que la muerte solo es una pausa de cinco segundos de oscuridad, un instante antes de renacer en otro cuerpo, la misma persona. Una sociedad ensimismada con El Socio, una red social conectada al interior de cada individuo y que permite adentrarse en las capas más profundas de la consciencia cibernetica. En esta sociedad nace Cero, el habitante tres mil millones y uno.

El Vivo bebe de las distopías más clásicas y recoge elementos que ya hemos leído en otros libros como 1984, Farenheit, Un mundo feliz o, más concretamente, Nosotros. Sin embargo, lejos de estancarse en las mismas ideas repetitivas de las distopías, Starobinets las actualiza a una nueva visión, con un toque tan pesimista como el de Orwell pero con un mundo embebido en opio como en Un mundo feliz. Recursos como el protagonista "outsider", que no se siente parte de esta sociedad estandarizada y al que convertirán en mesías o enemigo del pueblo. Un régimen totalitario que busca la fachada de felicidad, cuando muchos de estos tres mil millones de habitantes no lo son. Elementos que se repiten en muchas historias distópicas, pero que leídos en El Vivo no dan esa sensación de repetición que se encuentra en otras distopías actuales. 

Una de las características de la obra es que Starobinets poco a poco va volviendo más oscura una novela que ya empieza con esos toques de terror que la caracterizan. Con ese paralelismo de la sociedad de El Vivo con las sociedades de las termitas, dónde las personas se han vuelto un eslabón más de la cadena, un ladrillo más de la pared, sin ser importantes en su individualidad, solo en su totalidad. Y aunque uno de los problemas que tiene la novela es que hacia el final se vuelve confuso y caótico, no deja de dar esa sensación de opresión, de incomodidad. Una sensación que ya noté en Una edad difícil, pero que en El Vivo se resalta más, con una crítica más bien desesperanzadora.

El uso de la tecnología y el contraste de este con Cero, que no está conectado a El socio y por lo tanto, no está conectado al resto de sociedad, es muy interesante. Las capas de profundidad, el sexo en línea, las series que se usan como otro método de propaganda... Una crítica a las redes sociales muy bien construida e integrada en la novela: Sin este uso de la tecnología, el libro perdería mucho fuelle. 

En conclusión, El Vivo es un libro que baila entre la frontera del terror y de la ciencia ficción, como pasó también con los cuentos de Una edad difícil, pero que bebe de los dos sin problemas. Una distopía con un claro tono oscuro y pesimista, que da la sensación que son los propios temores oscuros y pesimistas de la autora. Una novela que es una declaración de intenciones para decirnos que Starobinets es una de las escritoras más interesantes que hay en el panorama actual y que ha venido para quedarse. O eso espero. 

Otras reseñas de este libro:
La espada en la tinta (muy recomendable)

Una edad difícil de Anna Starobinets

martes, 4 de octubre de 2016



Hay libros que los lees de casualidad. Otros que te los han publicitado hasta en la sopa y que inevitablemente necesitas leer. Y otros que se van metiendo en tu lista de pendientes poco a poco, casi sin que lo notes y de repente, lleva ahí meses y sientes que le ha llegado el momento. Es quizá estos libros los que más disfruto, porque los leo justo cuando las ganas están en su momento álgido. Podría situar Una edad difícil de Anna Starobinets en esta última categoría, pues aunque hace ya meses que conocía a la autora, aún no había tenido oportunidad de leerla. No necesitaba más excusas para meterla en la lista de #LeoAutorasOct.

Una edad difícil es una antología que reúne cuentos con un toque de terror psicológico en su mayoría pero que sobretodo se destaca por la capacidad de incomodar al lector. El primer cuento, que da nombre al libro, ya muestra lo que nos espera en el resto de relatos: un relato que va retorciéndose más y más con el tiempo y que llega un momento que te mantiene en vilo, incapaz de apartar la mirada de las páginas del libro. 

Anna Starobinets hace muchas cosas bien en este libro. Por un lado, sabe jugar con el lector de manera que lo mantiene atrapado desde la primer página del libro, usando descripciones breves pero muy acertadas para ambientar la historia y sumergirte en ella desde buen principio. De hecho, hay algunos relatos que tienen unos inicios muy buenos y que demuestran esa maestría de la autora por la ficción corta. 

Por otro lado, sus historias, pese a estar plagadas de elementos fantásticos o de ciencia ficción, parten de circunstancias o terrores totalmente cotidianos, por lo que esa fantasía se nos hace muy real y muy cercana a nuestro día a día. Situaciones en las que el lector se ve impelido irremediablemente.  Y por último, su gran acierto es el poso que dejan sus historias. Cada uno de los relatos tiene un trasfondo que sorprende al lector y lo deja reflexionando sobre lo que acaba de leer. Son estos relatos que te dejan pensando los que más se desmarcan del resto de la antología y los que más he disfrutado.

Con una narrativa plagada de ironía y usando estructuras gramaticales ágiles y aparentemente fáciles, Una edad difícil es de esos libros que devoras casi sin darte cuenta de que lo estás devorando. Una antología que apenas lo parece, pues todas las historias tienen un color similar, un trasfondo que parece unirlas y a la vez, las hace únicas por separado, por lo que no se hacen pesadas o repetitivas. Es un equilibrio muy difícil de conseguir pero que da la sensación que Starobinets consigue fácilmente. 

Como pero, el que tiene cualquier antología: Irremediablemente hay relatos que te destrozan y te impresionan más que otros. Mientras que Starobinets lo borda con Una edad difícil, Vivos, La familia, Las reglas o Espero, tiene otros cuentos que a mi me dejaron más fría, como La eternidad de Yasha o La agencia

Aún así, recomiendo fervientemente a todos los amantes de la buena literatura que lean a Starobinets. Da igual si no os gusta el terror (a mi no me gusta el terror) o si no os gustan los relatos, porque Una edad difícil demuestra que se puede hacer muy buena literatura de género, con una calidad indiscutible que tanto bebe de los autores más contemporáneos del género de terror  como de autores clásicos rusos de los que Starobinets tiene una clara influencia. 

Otras reseñas de este libro: