Reseña: Cartas cruzadas de Markus Zusak

Me hace muchísima ilusión traeros la reseña de este libro hoy, pues la he escrito con esa ilusión que te deja un libro increíble después de leerlo. Después de leer La ladrona de libros, tenía curiosidad por leer más sobre este autor, sin saber siquiera si tenía más libros o no. El azar me mostró que habían publicado otra novela suya a nombre de Cartas cruzadas (The messenger en inglés) y con un brote de intuición, lo compré. Fue todo un acierto (mi intuición pocas veces falla). Sin embargo, hasta ahora no lo había podido leer y la verdad es que me habría gustado hacerlo antes, porque es un libro que vale mucho la pena. Pero mejor no adelanto el pastel.

Ed Kennedy es un chico mediocre que malvive en un maltrecho apartamento y trabaja de taxista medio ilegalmente. A sus diecinueve años no espera más de la vida que la apacibilidad con la que vive, jugando a cartas con sus amigos, conduciendo para los demás, observando en la distancia a Audrey, el amor de su vida, y conviviendo con Doorman, su perro apestoso (literalmente) y cafeinómano. Sin embargo, el día que impide un atraco a un banco siguiendo un impulso instintivo, su vida cambia. Recibe un as de diamantes con tres direcciones escritas y a partir de ahí, Ed recorrerá la ciudad provocando cambios a su alrededor y, sobretodo, en sí mismo.

A lo Amelie australiano y mucho más crudo, este libro va llevándonos por las vidas que, con pequeños detalles, Ed va cambiando. Pero no os equivoquéis, no es tan cándido como la película de Audrey Tatou, sino que vemos historias más sórdidas, más crudas y más reales. Historias con las que podría cualquiera sentirse identificado. Esa es la gracia en realidad del libro, que la realidad va de la mano de la dureza de las situaciones de Ed. Eso no significa que a su vez descubra belleza. Ambas cosas, crueldad y ingenuidad, belleza y fealdad, van de la mano en este libro.

Además, por supuesto, la pluma de Markus Zusak es simplemente adictiva. Escribe como si surgiera poesía de sus dedos, sin ser en ningún momento denso, pesado o sobrecargado. Al contrario, la sencillez de sus oraciones contrasta con la profundidad de lo que está narrando de una forma que te marca muy adentro. Este libro es de esos que no logras desengancharte, que una vez lo empiezas y entra en tu interior, ya no sale. Y si las palabras de Zusak no consiguen ese efecto, no te preocupes. Los personajes están tan o más elaborados que la historia misma y acabas conociéndolos como si fueran tus propios amigos, tus hermanos. Sobretodo el personaje de Ed, el narrador en primera persona, con quien evolucionamos, sentimos, vivimos.

A medio camino entre un thriller psicológico y novela realista, este libro tiene un ritmo trepidante sin ser rápido o acelerado. Sin que haya acción en sí en grados elevados. Más bien, la acción llega cuando tiene que llegar y vemos más momentos de espera, de filosofía, de paz y tristeza que de movimiento. Pero en parte la magia de este libro es esa: pues no todos los largos caminos necesitan grandes recorridos.

¿Si lo recomiendo? Fervientemente. Cartas cruzadas es un libro especial, uno que te marcará por dentro, que destrozará tu alma y volverá a recomponerla. Uno de esos libros que se convierten en tu amigo y que, quizá en muchos años, podrás retornar a él y volver a vivirlo como la primera vez. La ladrona de libros es un libro precioso, pero Cartas cruzadas llega aún más adentro. Y si no os convence esto, solo os diré que este es de los libros que dejan resaca. De los que no te puedes olvidar.

5/5