Reseña: Como agua para chocolate de Laura Esquivel

Había oído hablar de este libro, pero no fue hasta que leí varias reseñas (una de las que más me convenció fue la de Cris, de Restos de sal. Creo que ni le comenté la entrada, pero leí su reseña y me llamó la atención), que decidí leerlo. Por eso, cuando lo encontré por dos euritos, no dudé en comprarlo y además, al ser tan corto, sabía que sería una lectura rápida y amena. No me equivocaba. (Edito: Se me ha publicado, así que nada, hoy dos reseñas en vez de una :D xDDD)

Tita vive en un rancho mexicano con sus dos hermanas, su madre y el resto de servicio, pero Tita es diferente al resto de su familia, pues se ha criado en la cocina, con Nacha, su mejor amiga y también cocinera del lugar. Ha sido gracias a ella que ha aprendido a cocinar y amar la comida y por eso cuando su madre le prohíbe casarse con Pedro, a quien ama, para seguir la tradición en la que la última hija tiene que cuidar a la madre, Tita no sabe escapar de otra forma que cocinando.

Imitando un libro por entregas, en los que cada capítulo es una entrega mensual, Laura Esquivel nos presenta una obra cargada de sensualidad, amor y sobretodo, gastronomía. Cada capítulo lleva una receta asociada a él y a lo que pasa, pero la historia es continuada y nos va relatando la larga vida de Tita. Un ejemplo claro del realismo mágico iberoamericano, en el que los sentimientos de Tita se mezclan con la comida de una forma exagerada adrede, pero también poética.

La historia en sí, pese a que tiene la importancia de seguir el hilo narrativo, queda en un segundo paso ante las emociones de los personajes, las sensaciones que sienten y sobretodo, las sensaciones que siente Tita y que transmite en su comida. Son los personajes la verdadera historia y ellos llevan sobre sus hombros el peso de toda la novela. Están, por lo tanto, muy trabajados y aunque las situaciones a las que se ven sometidos son irreales y mágicas, reaccionan de una forma norma, casi como si esas situaciones no existieran (algo que me ha encantado). 

Con una pluma ágil y expresiva, Esquivel sabe ahondar bien en los sentimientos de los personajes y relacionarlos con la comida de tal forma que seas capaz de imaginarte los platos que prepara Tita. No solo eso, sino que camufla las recetas dándole un aspecto práctico al libro, imitando seguramente un estilo de la época en la que está basado el libro, pues no solo contiene la historia, sino que las recetas y los consejos caseros están entremezclados entre las palabras de Tita, Pedro y los demás personajes.

En conclusión, ¿lo recomiendo? Por supuesto, aunque solo sea por el hecho de que es corto y fascinante. Como sabéis, me encanta cuando la literatura se mezcla con la gastronomía (no por existe la sección de Dime lo que comes) y este es un caso perfecto de como pueden fusionarse ambas cosas. 

4/5