Reseña: Expiación de Ian McEwan

Hace muchos años, poco después de que saliera esta película, cogí este libro y lo leí de una sentada. Sin embargo, parece ser que muy poco quedó en mi mente, porque años después, cuando quería recordar el libro, solo recordaba la sensación de que me había gustado. Hace unos meses le di otra oportunidad a McEwan y me enamoró, sobretodo con Amsterdam. Así que releer Expiación de nuevo era solo cuestión de tiempo.

La casa de campo de los Tallis se está preparando para recibir un invitado muy especial por la noche: Leon, el hijo mayor de los Tallis, que hace tiempo que no pasa por casa. Briony le prepara una obra de teatro donde ella y sus recién llegados primos del norte, los gemelos y Lola, actuarán. Cecilia, la mayor (solo dos años menor que Leon) también espera con ansias su llegada para así dejar de pensar en la incomodidad que rodea su relación con Robbie, el hijo de la asistenta. Sin embargo, y durante esa larga noche, la vida de Briony, Cecilia y Robbie cambiará para siempre.

No quiero adentrarme mucho en el tema porque para los que no hayáis visto la película, creo que es un libro que hay que ir descubriendo, sacando capa a capa para conocer más sobre los personajes. Pues en este caso, la acción del libro va desdoblándose y vemos la misma escena vista por ojos totalmente diferentes y momentos que se repiten en diferentes sitios. Podemos ir hasta la cabeza de los tres (y hasta de la madre de las Tallis) para conocerlos íntimamente, con una cercanía asombrosa.

Por supuesto, esta construcción de personajes nos permite empatizar con los tres, pero a la vez nos permite conocer los hechos desde tres puntos de vista. Están los tres muy bien construidos (una de las cosas que mejor sabe hacer McEwan es la construcción impecable de personajes) y podemos diferenciar sus voces a la perfección.

Esta primera parte, que relata los hechos de esa noche, se alarga pero no se hace pesada. Es un deleite recorrer las páginas y páginas del libro, escritas con la prosa de McEwan que, en este libro, enamora. Así, nos encontramos ante fragmentos tan bien escritos que dan ganas de volverlos a leer o de recitarlos en voz alta. Esta es la obra magna de McEwan en cuanto a escritura, al menos de las tres obras que he leído yo.

Las consecuencias de esa noche nos llevan hasta un futuro, unos años después, en el qe podemos palpar que lo vamos a pasar mal. Quizá porque había visto la película, pero saboreas la desgracia antes de que pase. Y te encuentras a ti mismo rezando para que sean imaginaciones tuyas. Hasta tal punto McEwan nos hace conectar con los personajes, que sentimos que estamos viviendo sus vidas junto a ellos.

Un libro perfectamente construido. Cada detalle no está colocado por azar y la trama se desarrolla de manera impecable, doblándose y desdoblándose para que el lector vaya descubriendo recovecos del mundo creado por McEwan. El final enlaza todos los cabos de los hilos sueltos con una perfección tan pasomsa como dolorosa.

En conclusión, es un libro que te te rompe el corazón en mil pedazos, de esos que solo tienes ganas de abrazar en cuando pasas la última página. Un libro que puede parecer denso, pero que está tan bien escrito que no importa. Quiero comentar también que la versión de la película me ha parecido muy adecuada. Mantiene esa triple visión y a la vez esas idas y venidas en el tiempo. Mantiene, a su vez, esa sensación de que, página a página o fotograma a fotograma, nos acercamos hacia un desenlace doloroso pero precioso. 

4,5/5